Porque la amistad no es una excusa para no amar

1.5M ratings
277k ratings

See, that’s what the app is perfect for.

Sounds perfect Wahhhh, I don’t wanna

LUCHEMOS POR ESTO

Capítulo 116
Narrado por Rubius

Cuando estás con quien amas… las cosas brillan con más resplandor.

-La lluvia… ¿Desde cuando se volvió tan especial? – Tantas cosas increíbles que habían sucedido bajo sus gotas, aquellas que envolvían un sentimiento tan puro, tan irreal y a la vez tan palpable.

-Supongo que dehde el día en que decidimoh que fuera así- Sus ojos… su alma. Miguel Ángel Rogel, cuando fue que te convertiste en esto para mí.

-¿Y si algún día no podemos disfrutarla más, juntos?- Cuando la vida decida que es tiempo de alejarnos.

-Quizáh en cada gota habrá un poco de nosotroh… ¿No eh así cuando alguien se va? Cada parte de esa persona queda impregnada en esah cosah bellah que fueron parte importante de suh vidah y de lah nuehtrah- Si Mangel no está…

////  https://www.youtube.com/watch?v=ultDedZdUD0 Kujikesou ni Naru Watashi wo Sasaete Kudasai////

Miré al horizonte, sin poder evitar que una lágrima sucumbiera por mi mejilla… Si Mangel no está… ¿Qué sería de mí? -Pero, Rubiuh… aquí o en la eternidáh, jamáh dejaría de soltar tu mano, de eso ehtoy completamente seguro- Su mano, aquella que abrazaba mi corazón, lo entibiaba y lo amaba con locura, con sinceridad… como nadie más me había podido amar, mirando dentro de mí, mirando quien soy y no lo que pretendo ser. Mangel… eres tanto, maldita sea. Eres ese pequeño haz luminoso que me guía. Joder, que fuerte saber que mi corazón explota por una sola persona. Y es por este gilipollas.

-¿Crees que algún día podremos ser realmente felices?- Aún estando con él ¿Por qué tantas cosas se interponían?… ¿No merecemos tanta dicha?

-¿Acaso ya no lo ereh? Tan solo míranoh… mira a nuehtro alrededor. Eh todo nuestro; el mundo eh nuehtro- Lo miré, para luego clavar la mirada en el horizonte, aquel iluminado por colores hermosos y brillantes entre mezclados, formando la postal más bella que podría jamás haber visto. Su mano tomó la mía, apretándola con delicadeza, sin despegar la vista de aquel amanecer… ¿o anochecer? Que se presentaba ante nosotros. Sin duda la vida es hermosa con este idiota a mi lado.

-Si, soy muy feliz… no puedo quejarme- Desde aquella vez en que me confesaste tus sentimientos, en que fuiste leal a tus ideales y me buscaste… Que sería de mí si, simplemente optaras por la rendición cada vez que la tormenta se acerca. Eres muy fuerte, más fuerte de lo que yo nunca pude ser en todo este tiempo. El final de esta historia no puede ser otra en la que vivamos nuestras vidas juntos… no puede existir otro final que ese.

-Entonceh… solo déjate llevar y ya. El sol se ehconde y el tiempo se acaba… se acaba Rubiuh, tiempo que nunca máh volveráh. Sólo ámame- ¿Se acaba?

-¿Qué quieres decir?- No quiero que acabe. No tiene porqué

-Que se acaba… algún día no podremoh seguir juntoh, y ese día no puede ser hoy- Repentinamente aquel horizonte de tonalidades pasteles, comenzó a oscurecerse… ¿Esto es real?

-P-pero Mangel… no se tiene que acabar. Y-yo estoy contigo- Sentí una desesperación oprimir mi pecho, como si una tormenta se acercara con furia, solo para atemorizarme.

-Se acabará- Su mano se alejó de la mía con brusquedad, apartando la mirada de aquel bello fondo que había desaparecido en un montón de niebla. -A no ser que seah capáh de afrontar ehto- Con esa frase terminó cualquier intento de seguir hablando. Se acercó a mi rostro y, besándome la frente se alejó, perdiéndose en una niebla espesa que solo reflejaba mis peores miedos… no poder estar nunca más con Mangel.

-¿Rubiuh?- Sentí su voz en la lejanía, removiéndome lentamente en lo que, a mi parecer, era mi cama. Un sueño… uno de tantos que había tenido ya hace un tiempo.

-Buenos días Mangel- Saludé, acercándome para robarle un beso adormilado. Estaba despertando al igual que yo, podía notarlo en su cabello revuelto, aquel que últimamente me parecía lo más delicioso de mirar en las mañanas. Si, dije delicioso… Joder.

-¿Otra veh con tuh pesadillah?- Preguntaba mientras rebuscaba, sin mirar, en la mesita de noche. Deduje que buscaba sus anteojos. Verlo tan ciego y perdido mientras pegaba manotazos por doquier, buscando los benditos anteojos.

-Tío… estoy con un enredo en la cabeza que me parto la polla, en serio- Tomé su mano deliberadamente, posándola en mi cabeza para que revolviera mi cabello. Suspiré.

-¿Qué soñahte?- Siguió tocando mi cabello, jugueteando con aquellos mechones que ya debían ser perfilados. Inhalé con pesadez, seguido de una exhalación aún más densa, la que denotó que no me parecía del todo tener que expresar aquel sueño que me había parecido hermoso… y terrorífico a la vez. ¿Existía la minúscula posibilidad de que yo, a estas alturas, fuera capaz de vivir sin Mangel? Me había robado cada suspiro del alma, cada palpitación de mi corazón que ya, lamentablemente, estaba rendido a sus pies.

-Cosas… gilipolleces. ¿Quieres desayunar? - Intenté desviar el tema, pero el muy cabezotas no apartaba su vista de mí. Lo sentía penetrante por el rabillo del ojo.

-Rubiuh… ya ehtaba dehpierto dehde anteh que tú… te vi alterao’. Cuéntame…- me mordí el labio superior, haciendo una mueca de resignación. Apreté el rostro y lo miré, dedicándole una expresión que debe haber dicho demasiado, puesto que él solo atinó a acercarse a mí y dedicarme un abrazo, esos que llenan el alma.

-Es solo que…- Sentí un nudo en la garganta. -Es solo que no sé como coño vivir sin ti- sentí una presión casi incontenible en mi pecho, lo que se traducía levemente en esas lágrimas que cada vez aparecían con mayor frecuencia. Odiaba esto, porque quería… necesitaba ser feliz con Mangel pero no a costa de sentirnos odiados por otros… Odiaba no poder sentir que estaba en lo correcto, no poder sentir que daba igual lo que hiciera con mi vida, porque al fin y al cabo quien es el resto para juzgarme. Yo solo quería y necesitaba de él… porque el camino se tornaba difícil, porque Youtube era mi pasión, mi trabajo y no sabía a que coño iba a deparar mi futuro si no afrontaba de la mejor manera el como iba a declararle esto a millones de personas. -Tengo miedo, joder- Apreté los dientes, intentando mantenerme firme… no podía desmoronarme, mucho menos frente a Mangel… mucho menos frente a él, quien había tenido que soportar el desprecio de su padre.

-Yo también… pero no dejeh que eso arruine ehto. Ehtamoh juntoh, compartiendo la mihma cama, siendo solo un alma. Jamáh pensamoh que podríamoh ahpirar a más. Jamáh pensamoh que tendríamoh la oportunidad siquiera de poder vivir todo ehto. No te quiero trihte Rubiuh, te quiero fuerte, te quiero feliz y te quiero valiente. No permitamoh que toda ehta mierda noh siga destruyendo- Sentí la calidez de su abrazo fundirse en mi cuerpo, sus brazos eran mi hogar, y no quería salir nunca de aquí… pero debía. Debía dar la cara por él, por nosotros. Estoy harto de sentirme débil, no más. Sequé mis lágrimas con dignidad, levantándole el rostro, aquel que había escondido en mi pecho para hacerme sentir mas suyo.

-Gracias. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida- le susurré, besándolo en esos cálidos labios, aquellos que me mantenían firme ante toda la mierda que nos había tocado vivir.

Tuvimos una mañana tranquila, bastante reflexiva… al menos de mi parte. Me entraron muchas ideas fugaces a la mente, ideas ridículas que desafiaban la valentía que podía reflejar. -Eres un idiota- Me repetía, no por Mangel, sino por mí. Él estaba en la computadora editando un video que había traído a medio editar. Necesitaba avanzar en sus proyectos, y yo necesitaba con urgencia ponerme al día con todo lo que tenía acumulado… Es solo que, me costaba tanto concentrarme frente a la pantalla. Sentía esa sonrisa incrustada en mi rostro, una sonrisa falsa, que ocultaba tantos miedos… Yo, simplemente soy Rubén. Rubius no es ni una pizca de lo que realmente Rubén es. Tímido, gilipollas, cobarde e indeciso.

-Tengo que hacerlo- Me dije a mi mismo, a Rubén, a ese tío escondido entre cuatro paredes, temeroso… -Tengo que hacerlo, coño- Me lo dije con más fuerza, tanto que temí que Mangel creyera que estaba perdiendo la razón. Al parecer no escuchó nada de mi monólogo de tío esquizofrénico.

Me levanté del sofá en el cual me estuve dando vueltas bastante tiempo, y caminé donde Mangel. Necesitaba moverme rápido

-Eh… Mangel. Tengo que salir. No me esperes, llegaré tarde- Mi novio-amigo-follador-compañero se giró en la silla, mirándome detenidamente.

-Tu ehtáh muy raro tío. ¿Ahora a donde se supone que vas?- Suspiró, quizás un poco cansado por mis imprudencias, me importaba una polla.

-Confía en mí-

-Eh que no confío, en serio. Siempre que haceh cosah a la rápida terminah haciendo gilipolleceh, y eso que te lo ehtoy diciendo yo… el idiota mayor- refunfuñé, no dándole importancia.

-Estás en tu casa, haz lo que quieras, no folles sin mi. O bueno, tienes prohibido follar. Solo te permito eso cuando esté presente… y sobre mí- Intenté aligerar el ambiente. Acercándome a su silla, ya que el culo gordo no quiso ni levantarse, besándole la frente. -necesito hacer esto…- Le revolví el cabello, alejándome rápidamente a mi habitación, tomando un bolso cualquiera, metiendo mis pertenencias más útiles, el cargador del móvil y mucha valentía… la iba a necesitar. Sentí como Mangel se levantaba de la silla, acercándose a mí. Nunca lo vi, solo sentí sus pisadas, las cuales terminaron a mis espaldas, para sentir como sus manos se colaban por mi cintura.

-Ten cuidao’, y si necesitah algo, llámame. Suerte- Sus palabras me hicieron sonreír levemente, agradecía que confiara en mí y en mi nula sabiduría. Respiré con fuerza, mirando frente a mi, mientras el cálido abrazo de Mangel cobijaba mis temores.

Salí raudo del piso, encontrándome nuevamente con un clima poco favorable, un frío de la hostia y unas nubes que deseaban con mucha ansiedad liberar un poco de agua. Llevé mi paraguas en caso de que me pillara la lluvia, aún así ya me importaba tan poco mojarme, habían sido tantas, pero tantas las veces que se me había ocurrido hacer escenitas románticas bajo la lluvia, tanta ropa mojada y tantas gripes que ya me daba igual repetir esas escenas una vez más. Mi destino quedaba bastante lejos, así que decidí hacer parar un taxi que me llevara directamente a la estación de trenes. Esto se iba a poner realmente serio… necesitaba prepararme mentalmente para lo que vendría más adelante.
                    Luego de un viaje de no más de 20 minutos, el taxi me dejó a las afueras de la estación. Pagué, me bajé y me dirigí a comprar un boleto, esperando que todavía pudiese encontrar alguno. Sabía que eran más de 7 horas de viaje, y sabía que esto no valdría la pena si no lo hacía ahora que me sentía firme y dispuesto.

-Hola, buenos días. Un boleto a Algarinejo, porfavor- Nombrar aquella ciudad me produjo un malestar estomacal repentino, como si mi cuerpo estuviera a la defensiva, esperando cualquier momento de dificultad para salir cagando hostias.

Todo fue bastante expedito, tuve la gran dicha, ¿o desdicha? De encontrar con rapidez un pasaje. Sabía que llegaría tarde, sabía que quizás tuviese que quedarme allí, sabía que podía no ser recibido y peor aún, que todo se fuera a la mierda.

-Tengo que hacerlo… por Mangel- Me repetía una y otra vez, mientras caminaba al tren o, incluso, cuando ya me había sentado y no había vuelta atrás. Comenzó a llover… una lluvia suave que alimentaba la vegetación que tanto anhelaba un poco de agua. Me acomodé en mi asiento, mirando mi móvil de vez en cuando, pensando en que sería lo que diría, como lo diría… que coño tenía pensado hacer realmente. Eran dudas que me nublaban en intertantos, dudas que me alteraban y me ahogaban, a veces casi al punto de sentir que no podía respirar.

-Tengo que calmarme- sentía ese sudor frío de terror, como caía por mi frente, como si mi cuerpo ya estuviese en posición de defensa. Sería un largo viaje, un viaje en el cual podría realizar un guion en lo profundo de mí, tocando tema por tema todo lo que quería expresar, aunque sabía y tenía más que claro que, llegado el momento, olvidaría todo y me paralizaría como muchas veces me ha pasado.

“Rubén no es ni una sombra de lo que es Rubius… Rubén tiene miedo, miedo de no ser aceptado, miedo de no cumplir, miedo de no poder hacer feliz a quienes más ama. Rubius es solo el cascarón de un pequeño niño, escondido en lo más profundo de sus miedos; Rubius es su escudo, la silueta de un corazón herido que intenta huir… simplemente huir”

La tarde comenzó a caer antes de lo previsto. Las nubes ocultaron de forma veloz el cielo, tornando el ambiente en algo frío y tétrico. Me preparé para bajar del tren, en dirección a la casa de los padres de Mangel. No había coordinación previa, ni saludos, ni explicaciones, solo estaba yo, solo, frente a mis peores miedos. Inhalé, bajando del tren, del cual bajaron varias personas más. En otras circunstancias habría estado con Mangel, habríamos tenido largas conversaciones, me habría dormido en su hombro. Habríamos llegado a Algarinejo con este secreto que abrazábamos con fervor, habríamos fingido que no pasaba nada, cuando realmente en esas noches cálidas nos entregábamos el uno al otro, a escondidas de todos, para amanecer un día más como si simplemente fuésemos los mejores amigos del alma.

-No quiero que siga siendo así- me repetía, una y otra vez, recordando cual era mi objetivo dentro de todas mis acciones: ser aceptado por el padre de Mangel; poder ser libres de todas estas malditas ataduras y, poder decirle que su hijo era todo lo que mi vida necesitaba.

Salí de la estación, buscando un taxi. En cuanto pillé uno le di la dirección de la casa de los padres de Mangel, poniéndome cada vez más nervioso.

-Por ti…- Susurré, mirando mi móvil con dedos inquietos, deseosos de pasar de una vez por todo toda esta mierda que se avecinaba. Mangel me mandó un par de mensajes por Whatsapp, a los cuales no quise contestar; sentía que si comenzaba a hablar con él, mis inseguridades me consumirían y no lograría seguir avanzando. Solo atiné a escribirle

“Estaré ocupado, si no contesto el móvil es por eso. No me llames, yo te llamaré cuando esté listo. Te amo”.

Que idiota me veía escribiendo esas finalizaciones de oración. Que idiota y enamorado me sentía.

-Llegamos- Escuché al conductor hablarme, sacándome de mi ensimismamiento.

-Vale, gracias- Le pagué lo que debía y, despidiéndome, me bajé del taxi. No corría mucha brisa, lo cual me hizo pensar que quizás, solo quizás, me tocaría otra escenita bajo la lluvia. Era de esperarse…- porqué coño no se me ocurrió hacer esto en verano- refunfuñé, mirando hacia el frente. Aquella casa que conocía hace ya bastante tiempo, la cual nunca me había dado tanto terror. Sentí como unas gotas débiles caían sobre mi cabello. -Bien, gilipollas, agarrarás otra gripe- Me resigné, entrando a la casa de los Rogel.

Toqué la puerta, con la mano temblorosa. Tenía los labios apretados, el corazón paralizado y la piel fría. Mi golpe fue tan débil que sabía que nadie me había escuchado. Toqué una vez más, esperando que fuese suficiente para llamar su atención. El horario no me convenía, ya eran poco más de las siete de la tarde, sabía que podían estar todos en casa, quizás tenían visitas… -Que mala idea, debería devolverme- Lo pensé y al instante lo deseché, ya no había vuelta atrás, estaba aquí por algo, estaba luchando de una vez por todas por esto que tenía con Mangel…

-Espero que me abra su madre- Me repetí, no sabiendo como podría enfrentarme a su padre, con esa mirada fría y penetrante. Sentí que alguien se acercaba a la puerta.

-¿Rubén?- El padre de Mangel se quedó boquiabierto al verme, y creo que yo sentí un leve infarto al ver que era él quien me recibía. La última vez que nos habíamos visto las cosas habían terminado de forma estrepitosa, prácticamente habíamos huido de su casa.

//// https://www.youtube.com/watch?v=yodaZdoVWx0 (I will go to you like the first snow – Ailee) ////

-Hola- dije, tímido. No quería mostrar debilidad, pero después de saber todo lo que él pensaba sobre lo que teníamos, era difícil mantenerse firme.

-¿Qué haces aquí?- Esas 3 palabras salieron filosas como cuchillos. Me entumecí.

-Necesito que me escuche, por favor- Pedí, humilde.

-No tengo nada que hablar contigo. Supuse que había quedado todo claro- Noté como su rostro se endurecía, esto no estaba bien…

-Por supuesto que no ha quedado claro. Necesito que me escuche, que entienda todo lo que pasó. Mangel está muy herido con todo lo que sucedió- Detestaba verlo así.

-No me interesa- Abrí los ojos de par en par. ¿Qué? Recordé las palabras dolorosas que le dijo aquel día

-No me digah así Miguel Ángel… no te atrevah a decirme “papá”.”

-Sé que no es así, sé que le interesa, ustedes siempre han sido unidos, son una hermosa familia, y no tiene porqué terminar todo así.

-Rubén, ehcucha. Te lo diré una última véh, bahta de tuh jueguitoh, bahta de entrometerte. Ereh amigo de mi hijo, perfecto. Quédate hahta ahí, porque no tieneh derecho alguno de venir aquí e intervenir en nuehtra vida.

-Es que no es solo su vida, yo soy parte de la vida de Mangel, y él es parte de mi vida. Mi familia acepta a Mangel, y yo necesito que ustedes me acepten, no como su amigo de la infancia, sino como su novio, porque eso es lo que somos- Dije, intentando mantener la entereza, cuando realmente sentía que me temblaba el mentón mientras hablaba.

-¿Novioh?… por favor Rubén otra veh con eso.

-¿Otra vez con qué? ¡Es la verdad! Yo a su hijo lo amo, realmente lo amo, y si estoy aquí hoy día es para demostrárselo a usted y a cualquier persona que tenga que demostrárselo. Yo soy capaz de dejar todo por Mangel, porque vale mucho, porque es una increíble persona y porque es la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida- Dije todo de golpe, casi sin respirar. Sentí una presión tan fuerte en el corazón, porque realmente quería que él entendiera las cosas maravillosas que su hijo me hacía sentir. Como ese gilipollas movía mi mundo y me motivaba a construir el mejor futuro posible junto a él. Hubo un silencio muy largo y muy incómodo, el cual solo era interrumpido por las gotas estrepitándose contra el cemento de la calle. La lluvia comenzó a expresarse y yo, obviamente, me comencé a mojar.

-Detente, Rubén- Lo vi… ¿afectado?

-Yo lo amo, entienda por favor. Dejé todo lo que me ataba para poder construir una vida junto a él. Lo amo, lo amo, en serio lo amo. Necesito que lo entienda, necesito que me crea, que crea que esto no es un capricho. ¡Necesito que sepa y que, de una vez por todas, acepte que nos amamos, que esto se nos ha hecho muy difícil, que hemos llorado tantas veces que a veces creemos no merecernos el uno al otro! Por favor, se lo ruego, le ruego que nos acepte, que acepte que nos amamos, que acepte que yo quiera construir un futuro con Mangel, porque no quiero que tenga un futuro con nadie más, quiero ser yo el que le entregue cada minuto de felicidad, aquel que sostenga su mano cuando se sienta mal, cuando ya no tenga ganas de seguir caminando. Mi amor es sincero, es lo mas jodidamente sincero que he sentido en la vida- Mis lágrimas corrían raudas por mi mejilla, pero la lluvia era mi aliada esta vez, ocultándolas de la mirada del padre de Mangel. -tuve tantas novias, tantas chicas que no lograron hacerme sentir absolutamente nada comparado con el amor que me entrega su hijo. Yo mismo no le creí, yo mismo pensé que él estaba loco, que toda esta mierda era parte de su imaginación y que simplemente no funcionaría, pero ¿sabe? Su propio hijo logró que mi mundo cambiara por completo, logró que mi corazón latiera de una forma tan diferente a como lo había hecho alguna vez, ninguna mujer, se lo repito ¡ninguna! Logró lo que él logró en mí. Y ha sido un camino tan jodido, tan malditamente jodido- me detuve, mordiendo mi labio inferior, recordando las malditas pesadillas que habíamos vivido, el dolor acumulado que tenía en mi interior lo estaba expresando en esas lágrimas que no paraban de caer. No podía seguir hablando… me costaba tanto seguir hilando palabras. -Tan jodido… pero aquí estoy, siéndole sincero, dejando todo orgullo de lado para que usted, solo usted, nos permita ser felices. Porque es tan profundo lo que siento que mi corazón quema, quema tanto y no sé como soportarlo; no tengo puta idea como poder controlar este sentimiento que me descontrola por completo. Porque… su hijo es mi mundo, y necesito que él sea feliz para yo poder serlo. -Por favor, créame… y si quiere culpar a alguien que sea a mí. No odie a Mangel, no lo evite… él no es culpable de absolutamente nada, al contrario, él solo ha hecho las cosas para evitar causar daño a alguien. Ódieme a mi, se lo pido- Me acerqué a él, tomando sus manos. -ódieme a mi, pero no haga sufrir a Mangel por favor- Me temblaba todo el cuerpo, había tenido un momento absoluto de adrenalina pura. Estaba empapado de pies a cabeza, mientras el padre de Mangel se había cobijado en un pequeño techo que tenía en la puerta principal. No sabía que estaba ocurriendo a mi alrededor, tenía miedo de mirar, quizás el padre de Mangel ni siquiera había prestado atención a mis palabras.

-Te creo- levanté la cabeza, mirándolo fijamente acercarse a mí, para dedicarme un abrazo que me tomó tan por sorpresa que, sentí como las lágrimas me invadían nuevamente. Era como esos abrazos que me daba mi madre cuando era un niño, cuando todo desaparecía si me escondía en sus brazos. -En serio te creo. Solo dame tiempo- Se alejó levemente de mí, revolviéndome el cabello como si estuviese hablando con un niño. -Discúlpame… y no sufran más- Me miró fijamente, haciéndome entender que estaba siendo sincero. Estaba un poco perdido, no entendía del todo lo que acababa de pasar, pero… ¿El padre de Mangel había logrado creerme? Quizás… sólo quizás, él se vió reflejado en mí, como un chico enamorado, con el corazón adolorido, intentando explicar una sensación tan nueva, tan potente, que es capaz de mover el mundo bajo nuestros pies. Eso era Mangel… y estaba dispuesto a llegar lo más lejos posible, solo por él.

_______________________________________

Holaaaaa!!!! que tal!!!!! Estoy de improviso aquí, sin avisarle a nadie, con un nuevo capítulo de Luchemos Por Esto!!!!! Ayyyy Rubiuh! Tu valentía me llena mi corazoncito de shipper deseosa de amorsh! <3 ¿Se solucionaron todos los problemas finalmente? ¿Maggie terminará de una maldita vez LPE? ¿Ya no recuerdan que pasó en los capítulos anteriores? Tooodo esto y mucho más en los casi nada de capítulos que faltan :C

Dios mío cuanto tiempo ha pasado!!! Estoy tan feliz de estar de vuelta con esta historia que me ha traído tantas pero tantas alegrías. Soy el terror de cualquier lector: la escritora que actualiza cada 700 años, pero quiero que sepan de todo corazón que esta historia tendrá un final SI O SI (tampoco es que falte mucho para eso) pero ha sido un camino tan largo. Esta historia tiene vida hace ya más de 4 años y es un orgullo inmenso ver que su apogeo fue en la época más bonita del Rubelangel. Adoro ver nuevas escritoras y ver como, el parte, una fue pionera de que todo esto naciera. Hablo como si este ya fuera el final, pero la verdad es que faltan un par de capítulos para eso… quizás yo misma lo alargo porque me da pena que se acabe x’D (o quizas es porque deberías darte mas tiempo para escribir). Si, ambas, lo admito. Deseo que disfruten este capítulo, que les produzca emociones que es lo que siempre busco y que tengan en su corazoncito este relato de su humilde servidora. Espero vernos pronto por aquí (a pronto no me refiero a un año D:) y espero que esta sorpresa les haya alegrado el día. Un besote enorme a la distancia a todos quienes me leen <3

////Este capítulo fue publicado el 13 de Abril de 2019////

Ruben mangel rubelangel rubius MiguelAngelRogel amor fanfic gay drama fic LPE luchemosporesto

LUCHEMOS POR ESTO

Capítulo 115
Narrado por Mangel

Suh manoh… su cuerpo… todo de él. No podía creer lo que me había pedido, y aún así ehtaba accediendo a entregarme por completo a él. Dehpuéh de todo ehto tiene que ser juhto…

-Mangel, siéntate en la cama- Me pidió en el inhtante en el que abrió de golpe la puerta de su habitación. Obedecí, acercándome lentamente a ehta, mientrah me acomodaba de alguna forma. No tenía ni puta idea de lo que se vendría, de cómo sucederían lah cosah, pero ehtaba lihto para lo que él quisiera hacer de mí. -Me gustas mucho- Susurró, de ehpalda a mí, mientrah cerraba aquella puerta que sería una véh máh, tehtigo de nuehtro amor, tehtigo de lágrimah, de infidelidadeh.

-Has hecho de mí algo que jamás creí que podría ser- Rubiuh se acercó a mí con lentitud, dedicándome una leve sonrisa que me dijo mucho. ¿Ehte eh el Rubiuh de siempre? -Que le den por culo a todos Mangel. Desde ese bendito primer día en el que hablamos, como dos gilipollas, mi camino comenzó un recorrido completamente distinto al que debía seguir… y te lo agradezco, joder- Que me dijera eso con tanta convicción, dehnudo, devorándome con esoh ojoh inundadoh en seguridad… me dehcolocó.

-¿Ru-Rubiuh?- Que cojoneh ehtaba pasando. Ehte Rubiuh había tomáoh demasiáh iniciativa.

-Te contaré una historia- ¿Eh? -Tiene dos protagonistas… un idiota de Algarinejo y un increíble tío de Noruega- Arqueé una ceja, haciendo una mueca ridícula.

-¿De qué cojoneh ehtáh hablando, macho?- La calentura le había quemáoh no solo loh huevoh, sino que también lah neuronah.

-Calla, escucha- Dijo, sentándose en el borde de la cama mientrah me sonreía y tomaba mi mano. -La historia comienza con estos dos tíos, que se conocen y se hacen muy buenos amigos- Sentí como acercó mi mano a su boca, besando suavemente mih nudilloh. -Pero uno de ellos estaba terriblemente equivocado, asustado de tomar decisiones que podrían cambiar su vida. Siempre temeroso, siempre dudando de que hacer y mirando a su amigo con envidia, por verlo tan decidido y siguiendo el camino que él deseaba- Sin soltar mi mano, la dirigió hahta su rohtro, apoyándola en su mejilla, pidiéndome una caricia. Hice aquello, tomando esa cálida mejilla como mía, pasando lah yemah de mih dedoh por ehta. -Y qué equivocado estaba… más todavía cuando su amigo de toda la vida le declaró sus sentimientos. Y que gran gilipollas, pensó. Somos hombres, esas mierdas no son de gente como nosotros, pensó. Pero que coño tiene de distinto la gente que ama a alguien de su mismo sexo…- Se detuvo, empujándome lentamente para recohtarme en la cama. Cuando me encontraba en la posición que él deseaba, apoyó su codo a un cohtado de mi cabeza, sohteniendo su cabeza y recohtándose a mi lado, sin quitarme la vihta de encima. -Pero la insistencia de este tío, que por cierto era muy gilipollas, lo hizo dudar… y comenzó a entender de que realmente no existe ni una puta diferencia y que, al contrario de lo que había intentado ocultar muchas veces, quizás si sentía algo por ese amigo valiente y dispuesto a dar todo de sí- Ahora su mano fue la que se dirigió a mi mejilla, acariciándola con suavidáh. -Pero como coño iba a salir de una relación que había avanzado a pasos gigantescos. Estaba viviendo con una chica, ocultando inútilmente las ganas de mirar, acariciar, besar…- Su mano comenzó a deslizarse desde mi mejilla, en dirección a mi pecho, moviendo lentamente la punta de loh dedoh, formando un trazo que pasaba por mi cuello y mih clavículah. -Hasta que, finalmente, en una explosión de emociones, le gritó en la cara a su chica que, estaba perdidamente enamorado del idiota de su amigo. Y el tiempo corrió velozmente, como si quisieran recuperar el tiempo perdido, aquel en el que uno deseaba que el otro lo aceptara y, por otro lado, el otro gilipollas arreglaba la mierda que había dejado a su alrededor- Su mano se posó en mi vientre, dibujando pequeñoh circulitoh en ehte, haciéndome gemir levemente. Que coño ehtaba pasando… -Lo increíble es que decidieron intentarlo y, en un largo y doloroso camino, se fueron encontrando nuevamente. Conociéndose una vez más, aprendiendo a amar al otro pese a que el mundo deseara lo contrario. Y, joder, como se enamoraron- Vi como se comenzaba a mover, ubicando su cuerpo arriba del mío, mientrah suh labioh rozaban loh míoh con lujuria. -Y lo intentaron… se entregaron. Y se dieron cuenta de que era demasiado para un corazón tan pequeño; que la emoción de tener la piel del otro cerca, era mucho más de lo que jamás creyeron que podrían sentir con otra persona- Suh labioh aprisionaron a loh míoh, mordiendo de forma lasciva, para luego juguetear con su lengua en la comisura de mih labioh. Sentía su cuerpo, todo de él, sobre mí y lo inevitable se hizo presente. Aquella erección que había bajado por un momento, volvió en todo su ehplendor para quedarse. -Y fue como tuvieron su primera vez… la primera vez de muchas que habría a lo largo de esta historia. Y si Mangel, a nuestro protagonista le dolió el culo por mucho tiempo- Una leve sonrisa se le dibujó en el rohtro, sonrisa que desapareció en cuanto volvió a besar mih labioh, mientrah aquella mano alojada en mi cuello comenzó a bajar aún máh. -Y el siguiente capítulo de esta maravillosa historia se llama, el amigo que cobró venganza y le rompió el culo al otro- No pude evitar sonrojarme por la gilipollez que acababa de decir ehte Rubiuh fuera de lugar, pero me encantaba ver ehta nueva faceta de él, algo totalmente dehconocido para mí.

-Quiero que sepas que eres especial para mí… y que te amo- Supuse que ese era el final de su narración, porque lo vi decidido a seguir sin decir ninguna otra palabra. Mi rehpiración se comenzó a acelerar, un poco ansioso, o quizáh nervioso de lo que vendría. -Porqué me ehtoy adelantando a loh hechoh. Mahe gilipollah- pensé, tragando saliva. Note como Rubiuh había perdíoh un poco de valentía cuando vio que tenía el control absoluto y que debía proseguir con algo.
-Te faltó contar la versión del otro protagonihta. El rompe culoh…- Añadí, intentando calmar lo que sabía era su ansiedáh.
-Quizás, pero no creo que sea necesario contar lo mucho que él ama al gilipollas de su amigo. Su fidelidad traspasa muchas líneas- dijo, apoyando su frente sobre la mía, devorándome con la mirada. Suh labioh se enredaron con loh míoh, generando una danza delicada con tinteh de euforia. Noh separamoh un segundo pa’ dedicarnoh un jadeo mútuo, proseguido de máh besoh que poco a poco subieron el nivel. El cuerpo de Rubiuh, delgado y, mucho máh fino que el mío, contrahtaba enormemente con la posición que había adoptáoh, y aquello me excitaba a no dar máh. Y eh que todo era tan cierto… suh inseguirdadeh me hicieron verlo como algo quebradizo, incapáh de sohtenerse por sí mihmo pero, ahora la hihtoria era otra. Suh besoh, efervescenteh, eran la prueba fehaciente de que aquel Rubiuh indeciso se había ehfumáoh… y que era yo quien se ehtaba quedando atráh. -Mierda…- La imagen de mi padre se hizo presente en el peor momento. Y eh que me pesaba tanto, joder.
-Mangel… entrégate. Yo te cuidaré, gilipollas- Lo notó, notó que ehtaba dihtraído. No lo dudé, dejé mi mente en blanco y lo hice, me entregué a lo que quisiera hacer de mí.
-Me gustas mucho Mangel Rogel. Me gusta tu cuerpo, me gustas tú- Joer…

Su lengua comenzó a delinear mih labioh de formah dehconocidah para mí. El ambiente ehtaba muy caliente, tanto así que no pude evitar mover mih manoh hahta el culo de rubiuh y apretarlo con furia, lo que hizo que soltara un jadea brutal. Nuehtroh miembroh se rozaban sin cesar, mientrah nuehtrah pelvih comenzaban aquel vaivén que noh dehtruía mentalmente.

-Y a mí me guhtah tú- Dije, con un ehfuerzo sobre humano, máh aún porque Rubiuh no me daba rehpiro con loh besoh. Suh manoh subieron hahta mi cabello, enredando suh dedoh en ehte, mientrah tiraba y aprisionaba mi rohtro aún máh al suyo.

-Estoy cachondo- Se dio el ehpacio para decir aquello y proseguir. Mi miembro palpitaba de placer y de deseo, pidiendo máh y máh. Rubiuh se levantó a toda veocidáh de la cama, dirigiéndose a la famosa mesita de noche que siempre guardaba nuehtrah ayuditah. Lo vi sacar el envase de lubricante, y un condón, sohteniéndoloh en su mano y volviendo a subir a la cama, ehta véh en cuatro, sobre mí.

-¿Ahora?- Le pregunté, entre jadeoh. Él solo negó con la cabeza, dejando a un todoh loh materialeh que usaría en un momento máh. Supuse que solamente quería tenerlo a mano. Vi como comenzó a bajar de a poco, quedando a la altura de mi miembro, lo hizo muy simple y rápido. Se recohtó, acercó su boca a mi zona y exhaló.
-Ru-Rubiuh… joer- Cerré loh ojoh de forma inhtantánea al sentir su aliento tibio en mi polla. Acto seguido, lo vi besar la punta de éhta, para pasar su lengua lentamente dehde la base, hahta eh extremo. No podía con tanto… su boca cálida abarcaba absolutamente todo y, mejor aún, de una forma extraordinaria que me ehtaba matando poco a poco. Mih manoh inconscientemente se fueron a la cabeza de Rubiuh, sohteniéndola con fuerza y empujándolo contra mi pelvih con furia.

-Come, come- Le rogaba, miehtrah él solo abría la boca máh y máh. Mih caderah ehtaba penetrando la boca de Rubiuh sin remordimiento, y lo supe en cuanto se alejó e inhaló pesadamente.
-Te voy a castigar por eso- dijo, mirándome mientras pasaba su lengua por pequeñas gotas de vergüenza que había dejado mi miembro en su boca. Me sonrojé de pieh a cabeza, sintiéndola salir dehde el fondo de mi cuerpo. Aún no me iba, pero si seguíamoh así, no duraría mucho máh con ehta presión.

Rubiuh tomó el pequeño frahco de vaselina y comenzó a manipular mi zona trasera, levantando levemente mih piernah.

-Ayúdame- Me dijo, ehtirándome el lubricante para embetunar su miembro, no sin anteh ponerle aquel condón que había buhcado segundoh anteh. Yo obediente, lo hice. Tomé una buena cantidad, máh aún sabiendo que a quien le romperían el culo era a mí, para ponerlo en esa zona, no sin anteh apretarlo un poco y juguetear con él, mirando como su rohtro me pedía un poco máh de cariciah.

-Ehtáh durísimo- Dije, un poco avergonzado por mih propiah palabrah.

-Si, esto es lo que provocas en mí, gilipollas- Agregó, para terminar de matarme de vergüenza. Hijoputa.

Terminé la labor que me había asignado, para volver a recohtarme, ehta veh un poco ansioso que anteh.
-Ru-Rubiuh… con cuidáoh- Aquello sonó casi como una suplicación de mi parte, pero por otro lado sabía que ehtaba seguro a su láoh, y que él de seguro ehtaba aún máh acojonáoh que yo.
-Cualquier cosa, tú solo dime- lo ehcuché decir, mientrah veía como se ubicaba entre medio de mih piernah. Sentía como suh manoh temblaban levemente al sohtener mih muhloh.
-¿Rubiuh?- Lo miré, preguntándome si él ehtaba máh preparáoh que yo.
-Joder macho, toda la parafernalia para darme ánimo no sirvió de mucho- Sonrió, con una mueca de nerviosihmo que no podía ocultar, suhpirando pesadamente mientrah cerraba loh ojoh.
-Si no te sienteh seguro no eh necesario que…-

-Cállate tío, deja de hacerme sentir como la tía de la relación- me miró nuevamente, ehta véh un poco máh serio. -Quizás no soy tan corpulento como tú, ni tengo el cuerpo prototipo para follar culos, pero si de algo estoy seguro es que, si follo, y follo bien- Dijo, sonriendo, casi vanagloriándose de que había logrado sobrepasar la brecha de la vergüenza y el temor. Por un momento pensé que podría salvarme de mi dehtrucción anal, pero ehte hijoputa logró calmarse a sí mihmo.

/// https://www.youtube.com/watch?v=KpV-8KeWPmo NiiHWA – Gravity ///

Rubiuh me miró, firme en su pensamiento, y yo le devolví la mirada, aceptando e intentando decirle de que ehtaba bien… que ehtaba preparado. Vi como introdujo levemente su dedo índice en mi culo, mojándolo con la vaselina que ya ehtaba predihpuehta en esa zona, comenzando a girar levemente el dedo mientrah profundizaba cada véh máh. Paralelamente sentí como aprisionaba mi miembro con su mano libre, acariciándolo en un vaivén de arriba abajo, quizáh para no sentir aquel dedo que ehtaba ehplorando en lugareh recónditoh de mi ser. Y creo que funcionó, porque cuando recién me percaté de su trabajo manual, su dedo índice ya ehtaba por completo dentro de mí.
-Estás ardiendo- Dijo lascivo, dihfrutando a no dar máh su nueva ehperiencia y, lo admito, yo también. No añadí nada a su comentario, solo puse mi mano sobre la suya, haciéndole entender que quería que siguiera jugueteando con mi miembro, que lo masturbara como solo él sabía hacerlo. Sonrió y prosiguió, no sin antes meter el dedo mayor dentro de mí, para acompañar al que ya estaba asentado en mi culo. Ehta véh me dolió un poco máh, quejándome levemente.
-Perdóname Mangel- Dijo, un poco herido por mi pequeño y declarador quejido. Yo solo negué con la cabeza, dedicándole una sonrisa de vuelta, tratando de entregarle la confianza que quizáh no le había dáoh hahta ahora.

Suh dedoh comenzaron a girar en conjunto, abriendo un ehpacio dentro de mí. La mano que me mahturbaba, incrementó la velocidáh, y entendí que Rubiuh ehtaba excitándose cada véh máh.
-Tócate- Le pedí, y él no se negó. Vi como su mano comenzó a juguetear levemente con su polla, y yo no pude evitar hacer lo mihmo. Sentía suh dedoh moviéndose dentro de mí, mientrah lo tenía frente a mih propioh ojoh, mahturbándose solo para mí… aquello fue una ehplosión de sensacioneh que me tenían con la sangre hiriviendo. ¿Uno podía llegar a la locura solamente con ehto? Sentía que me ehtaba consumiendo… de placer.
-Quiero hacerlo- Fue lo único que dijo, mientrah me dehpojaba de aquelloh dedoh que bahtante bien habían hecho su trabajo. No me importaba realmente nada a ehtah alturah, solo quería dihfrutar y entregarme a él, mi novio.

Rubiuh dejó de autocomplacerce, posando suh manoh en mih muhloh, dejándoloh un tanto pegajosoh por la vaselina que tenía dehparramada en, prácticamente, toda su mano.

-No tengo puta idea como hacer esto. Pero usaré tus enseñanzas- Dijo, con un tono un tanto burlehco y lascivo. Se ehtiró, sacando unah de lah almohadah de la cabecera, para ubicarla bajo mih caderah y así poder levantarlah levemente. Volvió a ubicar suh manoh en mih muhloh, ehtah veh sujetando con máh fuerza. Vi como una de suh manoh se dehviaba a su parte baja, y como él se ubicaba en una posición adecuada para proseguir con suh actoh. Tragué saliva, un poco nervioso por no tener visual suficiente de que era lo que ehtaba haciendo.
-Voy- Avisó, y pude sentir como levemente algo rozaba mi parte trasera… rozaba y comenzaba a hundirse lentamente dentro de mí.
-Lento- Dije, entre suhpiroh, adelantándome a un dolor abihmal que aún no sentía. Ehcuchaba loh gemidoh de Rubiuh, incesanteh, deliranteh… eran un verdadero elixir para mih oídoh. Comencé a sentir poco a poco como me penetraba y, como suh caderah daban pequeñah ehtocadah de placer.
-Joder… estás muy apretado tío- Que puta vergüenza, joer.
-No creo recordar que alguien me haya follado el culo- Dije, jocoso. El momento no era el indicado, pero ehtaba intentando dehviar el dolor que ehtaba sintiendo, hacia otro pensamiento. Rubiuh siguió entrando, con pequeñoh gemidoh que acompañaban suh actoh y, fue cuando finalmente entró, que comenzó a dolerme de una forma horrible.
-Duele- Me quejé, removiéndome levemente, intentando buhcar una posición que me acomodara un poco máh.
-P-perdón… h-hare lo mejor que pueda- Dijo con un hilo de voz entrecortada. Inhalé profundo, ehperando que el dolor se disipara, pero no pasó aquello cuando Rubiuh ya ehtaba moviendo poco a poco suh caderah. Hahta cierto punto lo entendía, porque cuando yo sentí aquella deliciosa sensación de ehtar dentro de él, lo único que deseaba era partirle el culo en dos, aunque no ehtaba muy seguro de si yo quería aquello.

El movimiento de suh caderah se intensificó, acelerando poco a poco suh movimientoh… movimientoh que hacía bahtante bien. Mirarlo dehde abajo era una ehperiencia muy diferente, su cuerpo menudo, violentándome, me producía algo interno bahtante diabólico, casi pecaminoso. Suh manoh aferradah a mih muhloh, aquelloh dedoh largoh y ágileh incruhtadoh en mi piel, como si no quisiese que arrancase de aquel lugar. Me excitó, todo aquello me llevó a la locura, y comencé a dihfrutar…

-Gímeme- Dijo entre dienteh, mientrah suh manoh apretaban con furia mi piel, y su pelvih chocaba con fiereza en mih parteh bajah. Ehtaba dando todo de sí, penetrando cada centímetro de mi ser. Gemí, como nunca lo había hecho.

-Mierda…- Me quejé, notoriamente avergonzado por haberle dado en el guhto, pero extasiáoh de que lo ehtuviera haciendo tan jodidamente bien. Soltar aquel gemido solo fue un interruptor que encendió aún máh lah caderah de mi amigo, quien no dudo en demohtrarlo, moviéndose con una habilidad fuera de ehte mundo. Ehtaba tocando algo en mí, que me dehcontrolaba de mileh de formah. Él lo sabía… sabía como hacerlo.
-Mangel, quiero irme- Dijo, jadeando notoriamente cansado, incrementando máh y máh esah ehtocadah letaleh que me tenían en el borde del orgahmo. Vi como una de suh manoh liberaba mi muhlo, para dirigirse a mi miembro y mahturbarlo de una forma violenta, deseosa y veloz.

-C-córrete, joder- Dijo, apretando con fuerza mi miembro palpitando, deseoso de extinguir de una véh por todah esah ganah contenidah que me superaban.

-Muévete, tócame- Mih manoh se aferraron a lah sábanah de la cama, usándolah de tal forma que me permitían acompañarlo en aquel vaivén delirante que cada véh era máh y máh placentero. Rubiuh me miró, con loh labioh aferradoh en suh dienteh, jadeante y sudado, y supe que era el momento. Cerré loh ojoh, concentrándome en su mano, aquella que no dejaba de mahturbarme ágilmente, y pude sentir como aquella fuerza interna ehtaba incrementando, pidiéndome a gritoh salir.
-M-me voy- Dije, con el corazón acelerado y el aliento extinto. Vi como suh ojoh verdosoh brillaron, sintiendo en mí, suh últimah fuerzah, para terminar en un gemido gutural y con lah caderah incruhtradah en mí. Aquella imagen de Rubiuh me hizo colapsar, llevándome al orgahmo inhtantáneo, aquel violento choque eléctrico que subió por mi miembro y culminó en la mano de mi compañero como un grito de lujuria final.

-Joder- Fue lo único que dijo, mientrah soltaba mi otro muhlo y apoyaba su mano libre en mi vientre, tratando de sujetarse luego de aquella explosión de sensacioneh. Por mi parte me liberé, cerrando loh ojoh y rehpirando con pesadez, mientrah trataba de recuperar mi alma, aquella que revoloteaba con la de Rubiuh por anda a saber tú donde.

-Eh-Ehtoy sorprendíoh- Dije luego de unoh minutoh. No podía evitar elogiar su capacidáh de tratarme con rudeza, sin hacerme daño.

-Y yo…- Agregó, moviéndose lentamente hacia fuera, sintiendo como aquel miembro hábil abandonaba mi ser, lenta y sutilmente.

Me miró un segundo, sonriendo levemente, para levantarse de la cama y dirigirse al baño con rapidez, supongo que para limpiar el desahtre que había en suh manoh y para limpiarme a mí también. En cuehtión de doh minutoh ya ehtaba de vuelta, sin condón y con un rollo de papel higiénico.

-Estoy muerto tío- Se sentó en el borde de la cama, sacando un poco de papel y limpiando mi vientre de aquel líquido vihcoso que era la prueba irrefutable de que lo había dihfrutáoh. No tardó mucho en aquello, y cuando ya había finalizáoh, se subió a la cama y se sentó a mi láoh, mirando hacia el frente.

Pasaron unoh minutoh de silencio, cuando sentí su mano tomar la mía. Aquel gehtó violentó mi corazón, acelerándolo de forma ehtúpida.

-Te amo- Suh palabrah retumbaron en aquella habitación, y eh que dehpuéh de hacerlo con chicah, pocah veceh habían sido lah primerah palabrah que me habína dicho. Te amo…

-Te amo- Repetí, aferrándome a su mano aún máh. Como lo amaba, joer. Como me hacía suhpirar, correr y dar vuelta mi mundo. Y eh que no habían sentimientoh que atar, porque él ya era mi mundo, ese mundo hermoso que todoh buhcamoh.

-Gracias por ser parte de mi corazón. Estarás ahí para siempre- Suhpiré como un tonto, sintiéndome tan jodidamente gay, pero tan jodidamente enamoráoh de suh palabrah. No había razón para temer de lo que fuera, si él ehtaba a mi láoh. Me senté, pese a que aquello significara sentir un ají metido en el culo, y lo abracé, aferrándome a su cabello con fuerza, mientrah unía mih latidoh a loh suyoh, ehcuchando su corazón, recordando lo vivo que ehtamoh y cuanto rehpiramoh por el otro.

-Graciah a ti Rubiuh, por hacerme una mejor persona- Dije, acercándome a suh labioh para robarle un pequeño beso. Quizáh ehta hihtoria tenga un final… quizáh nuehtro amor muera algún día junto a la primavera, pero el ahora, ehte momento exacto, es aquel que recordaré por la eternidad. Ehte preciso momento en que nuehtrah almah se unieron para no olvidarse jamás.

________________________________________________________
Que taaaaaaaaaal!!!!!! No tienen la menor idea de cuanto los he extrañado a todos ustedes!!!! Y diré lo que tanto amo comentar cuando llegamos a esta parte… LES TRAIGO UN NUEVO CAPÍTULO DE LUCHEMOS POR ESTOOOO AHHHH AHHHH AHHHHH *muere*
Me siento muy intimidada ahora mismo porque les traje algo que muchos decían NO STAP NO ME MUESTRES ESTA MIERDA, pero los que me conocerán de antaño sabrán que AMO el rubelangel en sus dos facetas, no solo en la que Rubius es el de abajo. EL AMOR DA PARA MUCHOOOOOOO!!!! Así que espero de todo corazón haber cumplido sus expectativas sin que se sintieran incómodos viendo a Rubius como el activo en esta ocasión (aunque quizás les de a pensar el porqué Rubén sabía tan bien hacer las cosas, eso es criterio de ustedes jejeje). Soy un un poco bipolar y bastante cursi así que entenderán porqué amo terminar el serrrso salvaje con algo delicado… al fin y al cabo están viviendo procesos sumamente difíciles y no hay nada mejor que sentirse amado antes, durante y después de hacer el amore.

¿Qué sucederá con el padre de mangel? ¿Tendrán un final feliz? ¿Existirá algo que pueda tomar para que mi corazón no se rompa en mil pedazos cuando llegue el final de LPE? (no) TOOOOODO ESTO Y MUCHO MÁS EN LOS POCOS CAPÍTULOS QUE QUEDAN!!!!!!

Ahora, vienen mis disculpas matutinas, pero prefiero ni siquiera darlas porque nunca tengo algo lo suficientemente creíble y conciliador que decir para que no quieran asesinarme por la tardanza, así que si desean una respuesta sincera: Tuve un periodo de poca imaginación, mi musa escapó y la estuve buscando, pero ahora que volvió y ya no queda nada para finalizar, quiero que se mantengan felices por leer algo de calidad y constante, ya que cuando termine quizás no vuelva más por estos lados *drama queen*. Nah pero en serio, deseo darles lo mejor que puedo dar de mí en estos últimos capítulos, así que si tienen cualquier comentario de lo que sea, respecto de los capítulos o de que les gustaría saber antes de que LPE tenga su desenlace, haganlo saber en la cajita de abajo donde me muestran todo su amor, siempre los leo, pero a veces es agobiante responder a tanta gente, perdón :c YYYYYY por supuesto pedirles perdón por la tardanza, sin musa, no escribo absolutamente nada, y ustedes no merecen aquello. no me alargaré ni los aburriré así que solo les agradezco eternamente por esperar y ser fieles a esta humilde historia que es un trocito de mi corazón. Los amo con el alma y así como Rubius ha hecho de Mangel una mejor persona, ustedes han hecho de mí algo mejor de lo que jamás podría haber imaginado. Gracias por aquello mis bellos lectores.

/// Este capítulo fue publicado el 20 de Marzo de 2018 ///

Ruben Mangel rubelangel miguel angel rogel rubendoblas rubius love yaoi fanfic fic amor gay drama luchemosporesto LPE

LUCHEMOS POR ESTO

Capítulo 114
Narrado por Rubius

La alegría de Mangel no tenía precio para mí. Estaba en un punto sin retorno donde ya había asumido que él es todo lo que quiero tener, y su felicidad, si depende de mí, será siempre mi prioridad… ¿Y qué puedo hacer? ¿Qué pieza puedo mover luego de todo lo que ocurrió con su padre? Me acojona pensar que esto quedará en nada; que no podremos volver a ir juntos a Algarinejo, que no podremos compartir con tranquilidad o, peor aún, que jamás será aceptada nuestra relación. Al menos no por completo.
-Si tan solo supiese jugar otra carta, algo que nos ayude… - Pensé, mientras el chorro de agua de la ducha caía sobre mis hombros. No quería rallarme demasiado la cabeza pensando cómo solucionar la mierda que traíamos por delante, y es que el camino se veía bastante oscuro y tétrico. –Maldita sea, Mangel. No quería que las cosas ocurriesen así- Sabía que no podía culparme de los acontecimientos; pero en cierto aspecto, fui cómplice en la decisión que tomó Mangel… aun así, podría haber sido mañana o en dos años y lo más probable es que la reacción de su padre hubiese sido la misma… o quizás no. –Dijo cosas sobre Youtube y como Mangel llevaba su vida de una forma que no hubiese deseado como padre. ¿Mi madre pensará lo mismo? - Y es por estas cosas que te entran dudas que antes no habías tomado en cuenta. Es verdad que mi trabajo actual le molesta a la gente, que incluso es tomado como algo a la ligera, pero realmente me esfuerzo haciendo mis vídeos y sí que lleva trabajo, no tanto como trabajar en un hospital, pero sigue siendo un trabajo… creo- Me estaba tardando demasiado en mi mini lapsus mental sobre la vida, así que me terminé de enjuagar, cortando el agua y tomando la toalla que solía dejar arriba del retrete por cercanía.

Tenía ganas de volver a ver a Mangel y darle un beso o tocarle el culo, que se yo. Me apresuré, amarrando la toalla a mi cintura y saliendo del baño a toda prisa para vestirme y no pasar más frío.
-¿y esa voz?- Me pareció extraño sentir otra voz… como si Mangel estuviese acompañado algo así. –Debo estar imaginando mierdas- Me encogí de hombros, vistiéndome con aún más velocidad; aquella causada por esa constante duda que rondaba mi cabeza por esa voz desconocida que sonaba a lo lejos.
No le di importancia, salí de la habitación y, mientras emprendía ese pequeño trayecto a la sala de estar, visualicé a alguien. Ese alguien que esperaba no tener que volver a ver… Me paralicé, lo admito. Su cabellera rojiza traía recuerdos por millones a mi cabeza, y no necesariamente buenos recuerdos. Ella estaba de espaldas, por lo que no había notado mi presencia aún, sin embargo, Mangel me miró, y eso me delató en cuestión de segundos. Jen se dio la vuelta y, con unos ojos ardiendo en llamas, me miró.

-Hola Jen… Jennifer. ¿Te puedo ayudar el algo?- Había sonado sereno, tan malditamente sereno que hasta a mí me sorprendió.
-Olvidé algo importante. Esperaba que estuvieras solo, no… acompañado- Tragué saliva, la situación se estaba poniendo incómoda, más aún porque ni siquiera sabía que habían hablado ellos dos antes.
-Llegamos hace poco, estábamos de viaje. Saca tus cosas, no tengo problema. Hay una caja en nuestr… en la habitación donde se duerme- Joder, que gilipollas había sonado, me cago en la puta.
Jen solo me miró, para luego dirigirse a la habitación donde solíamos dormir juntos. Joder, ahora que lo pienso me da hasta escalofríos.
-¿Estás bien?- Me acerqué a Mangel, quien se había mantenido al margen de nuestra pequeña conversación con Jen. Él solo asintió con la cabeza, un poco desganado. -¿Te ha dicho algo?- Pregunté, más que nada porque me pareció extraño verlo cabizbajo.
-No tío, tranquilo- Me regaló una sonrisa un tanto fingida, pero no le dije nada, más que nada para no incomodarlo.
-Es solo una gilipollez de rutina Mangel, no le des vueltas- Me acerqué a él con la intención de robarle un beso, pero éste me esquivó. ¿Qué?
Me molesté, lo admito, pero preferí dejarlo así. Jen volvió con una caja llena de mierdas varias, que de seguro ni siquiera le servían. Podía asegurar que esta era una excusa para venir a mi departamento.

-¿Tienes todo?- Le pregunte, fingiendo desinterés.
-Si. Creo que está todo aquí. Gracias por juntarlo… me ahorraste trabajo- Me sonrió, y no supe que hacer. Le devolví de forma débil el gesto, intentando no ser demasiado amable. Esto era raro de cojones.
Desvié mi mirada un segundo a Mangel, quien se mantenía de pie atrás mío, como si vigilar mis movimientos fuese su misión. Me sentía incómodo y peor aún, Mangel me había evitado.
-No te preocupes. No eran tantas cosas- Coño ya, vete de aquí de una puta vez.
-Rubén… me gustaría hablar contigo- Su voz… sabía que usaba ese tono de voz cuando quería lograr algo; un tono de voz bajo, sereno, como si se tratase de una delicada flor o anda tu a saber que cojones.
-¿Hablar?- Titubeé, y me sentí un idiota. No quería demostrar debilidad ante sus artimañas, pero estaba incómodo y nervioso. Tenía a mi actual novio y a mi ex en el mismo lugar, y estaba yo de intermediario intentando descubrir por donde cojones podía escapar.
-Rubiuh, mejor me voy. Tengo algunah cosah que hacer en casa. Hablamoh dehpuéh- ¿Qué? No, no, no, espera.
-Gracias Mangel. La verdad es que mi intención era hablar en privado con Rubén- ¿Qué? ¿Por qué mi novio se estaba yendo de mi departamento porque prácticamente mi ex lo pedía?
Las cosas sucedieron bastante rápido. Mangel me miró, con esos ojitos que pocas veces le veo, me dedicó una leve sonrisa y, tomando un bolso que había encima del sofá, aquel que había llevado para Algarinejo, donde todo lo que podía salir mal, salió, y se dirigió a la puerta. Mientras Jen se posicionaba frente a mí, como si su discurso ya hubiese comenzado y yo debía prestarle toda la atención del mundo. De hecho, comenzó a hablar, y cuando lo hizo, la detuve de lleno.
-A ver, Jen. Mangel, gilipollas. Te mueves un poco y te parto la cara- Dije, frustrado. –Jen, si quieres hablar conmigo no hay problema, pero no encuentro necesario que sea de forma “privada”. Sabes perfectamente que eres mi ex novia y bueno, Mangel es mi novio y no me parece correcto que debamos hablar en privado, más aún cuando él está aquí con nosotros- Respiré luego de vomitar todas esas palabras como si de eso dependiese mi vida. Hubo un silencio bastante largo, incómodo pero reconfortante para mí.
-¿Tu novio?- Repitió, cambiando el semblante de forma drástica.
-Sí, mi novio- Le confirmé, mirándola fijamente. No tenía puta idea de que hacía el gilipollas de Mangel, pero esperaba, por su vida, que no hubiese cruzado esa puta puerta.
-Así que era cierto… me pusiste los cuernos con este gilipollas- Abrí los ojos, un poco nervioso por la actitud que estaba tomando mi contraparte.
-Sabes que es cierto, yo mismo te lo dije. No sé de qué te sorprendes- Mi mirada estaba clavada en la de ella. No quería desviarla más que nada porque sentía esto ya como una competencia de fuerza.
-Y no te da ni un poco de vergüenza, joder. Te demoraste bastante poco en coger con él- Fruncí el ceño, irritado. Iba todo bien, no tenía por qué empezar con sus berrinches. El pasado es pasado y yo en su momento hablé con ella y le pedí perdón, ya está. Fin del asunto.
-No es necesario que te mosquees, solo vete. Ya tienes tus cosas, no entiendo para qué sigues aquí- Suspiré, perdiendo la paciencia. Había sido cortés y creía que estaba haciendo lo correcto. Me iba a mantener firme.
-¡Me mosqueo, coño! Pareciera que nada te importa. Que fácil fue cambiarte de bando… eso demuestra lo poco hombre que eres- Basta, no juegues con mi paciencia, joder.
-Mira, solo vete ¿quieres? Estás haciendo el ridículo. Solo llévate tus cosas… no me interesa hablar más contigo- La miré, de forma despectiva. Me había tocado la moral y mis ganas por ser una persona decente, se habían acabado.
-¡Ni tú ni tu amigo para follar me dirán que hacer!
-¡Y tanto que te arde que folle con él! Si, hago el amor con él; aprendí lo que es eso, no como contigo, que era estar al lado de un puto cubo de hielo. No tienes puta idea de lo que él, si, ese idiota que ves en la puerta me hace sentir. Ni un cuarto de lo que tú lograste en mí. Así que si te quedan dudas, te las corroboro, jamás estarás a la altura de Mangel, ni ahora, ni nunca, así que mejor cierra la puta boca y limítate a sacar de mi departamento tus mierdas!- Jo-der.
No hubo más palabras de ninguna de las partes. Jen se dirigió a la puerta a toda velocidad, empujando a Mangel, quien se había quedado como una puta estatua en medio de la puerta. Mi respiración estaba agitada, al igual que mi corazón. ¿Por qué todos querían vernos infelices? Solo quería paz de una puta vez… paz y nada más.
-Rubiuh…- Vi como Mangel cerraba la puerta que había dejado abierta Jen, porque claramente no se dio el tiempo de cerrarla, simplemente se fue a toda velocidad, con el orgullo destrozado por saber que Mangel me hace sentir más cosas que ella, o peor aún, que ella, siendo chica, no fue capaz de lograr tanto en mí, como un chico… ¿Debería preocuparme por lo que acabo de decir? -¿Qué… qué fue eso?- Lo escuché preguntar. Fruncí el ceño, acercándome con violencia a él.
-¿Rubiuh?- Lo besé con furia, molesto por todo y a la vez feliz de que estuviésemos solos.
-Nunca me niegues un beso, hijo de puta- Dije entre dientes, volviendo a besar esos labios que eran solo míos. –Jamás vuelvas a rechazarme de esa forma- Lo tomé por la mandíbula, aprisionándolo contra mí. Lo besé una vez más, con furia, con rabia porque la vida no nos dejaba en paz de una puta vez.
Mangel no se resistía, aún cuando sentía sus labios un poco tensos.

//////(Boats and Birds - Gregory & The Hawk)

-¿Qué… qué pasa?- Preguntó, en cuanto lo dejé, respirando un poco entrecortado por robar su oxígeno.
-¿Qué pasa? Qué coño te pasa a ti, quedándote parado como un gilipollas, diciendo que te irás. ¿Supongo que era de coña? Si no, tienes claro que estaré molesto.
-Lah cosah pasaron muy rápido…
-Si, y tú tuviste celos, joder. ¡Celos de ella! ¡¿Me quieres tocar los cojones?¡- Lo empujé a la pared, acorralándolo con mi cuerpo. Mi altura me lo permitía. Mangel solo me miraba, mientras su mentón temblaba levemente.
-No eh eso…
-Admítelo- Dije a toda velocidad, acercando mi cara aún más a la suya.
-Admitir que… no hay nada que admitir- Que duro es, joder.
-Admítelo- Repetí, cabreándome y robándole otro beso. Besos agresivos con una mezcla de sabores y sensaciones que no sabría cómo describir.
-Todo fue muy repentino y yo… yo no quería…
-¡Admítelo de una puta vez!
-¡QUE SÍ, JOER MACHO. ME DIO CELOH. ODIO TODO EHTO TÍO!- Vociferó con fuerza, desviando la mirada. Sus mejillas se habían teñido levemente, y no podía apretujar más mi corazón.
-Que tonto eres- ¿Por qué seguíasintiéndose así? Odiaba que dudara de mi amor… pero amaba que se sintieradesesperado.
-Tu me obligahte a decirlo… Rubiuh, no quiero perderte- Al fin me volvió amirar, y sus ojos se habían cristalizado; casi veía mi reflejo en sus pupilas.Sonreí de lado, enternecido por sus dudas y miedos. Acerqué mis dos manos a loscostados de su cara, acariciando con mis pulgares sus mejillas.
-¿Perderme? ¿Por lo que acaba de ocurrir? En serio crees que te cambiaría por ella… Mangel… joder- Suspiré, besando su frente con suavidad, bajando hacia la punta de su nariz para volver a hacer lo mismo, para terminar en la comisura de su deliciosa boca, esa que erizaba mi piel cada vez que tocaba. –Eres jodidamente exquisito- Volví a besarlo, acercándome cada vez más a su boca, hasta terminaren ella por completo, sumiéndonos en un beso, un beso delicado pero lleno de emociones.

-Ehtoy cansáoh. Quiero que todo acabe; quiero ehtar tranquilo… ¿Por qué todo ehtá en nuehtra contra?- Dijo, arrancándose de mis besos desesperados.
-Solo cállate y abrázame- Dije, sin prestar atención a las mierdas banales.Ahora estábamos solos; estábamos en nuestro mundo, la utopía que habíamos construido, lejos de los ojos ajenos, y donde podíamos ser solo nosotros… no aquello que los otros querían que fuésemos. Mangel me abrazó, volviendo a unir sus labios a los míos… el paraíso ¿Era esto?
-Quiero tocarte- Dije, lascivo. Sentí un pequeño temblor en el cuerpo de Mangel, deduzco que por lo repentino de mi comentario. Pero quería sentirlo…estar con él nuevamente en cuerpo y alma. Lo necesitaba… lo necesitábamos.
-Vamoh a tu habitación- Ronroneó, ahora él siendo el dueño del beso. Me alejé un minuto, mirándolo de arriba abajo. Estaba jodidamente bueno este cabrón.
-No creo que resista hasta la habitación- Gruñí, acercando mi cuerpo nuevamente a él. La pared era mi aliada, sobre todo porque me daba la posibilidad detenerlo acorralado. Puse mi pierna izquierda entre sus piernas, enredando mis dedos en su cabello aún húmedo por la ducha que se había dado.
-Sácate la ropa- Me dijo, produciendo una electricidad en toda mi columna. La temperatura estaba elevándose, y me parecía todo tan irreal… hace unos minutos atrás Jen estaba molestando por acá y ayer, el padre de Mangel nos había mandado a tomar por culo. Le hice caso, me quité a la rápida la sudadera que traía puesta junto con la camiseta, todo de un tirón. Mi torso desnudo sintió el ambiente un tanto gélido.
-Todos nos odian, y aquí estamos, calientes como siempre- Sonreí. Sentía mis mejillas arder, y mi cuerpo energizado a más no poder.
-Mi padre cree que soy un desahtre- Se puso a reír, acercándome con fuerza, para besarme otra vez. Arqueé las cejas, un poco confundido.
-Jen esperaba que me la follara- Comenté, siguiendo el hilo de esta conversación que no tenía nada de lógica, solo comentarios vagos de nuestras insignificantes vidas. Las manos de Mangel comenzaron a pasearse por mi espalda desnuda. –Qué coño importa todo. Somos un desastre, pero al menos estamos juntos- Agregué, colando mis dedos por debajo de la sudadera de Mangel, levantándola con rapidez, para quitarle esa molesta prenda.
-Que máh da que tu ex venga e intente algo o que mi padre noh odie… qué máh da, no podrán separarnoh- Nuestros torsos desnudos se rozaron, produciendo una excitación alucinante en mi vientre.
-Joder… me estoy poniendo cachondo- Reí, un poco avergonzado, bajando mi boca al cuello desnudo de Mangel. Este hizo un sonido tan malditamente lascivo queme calentó de pies a cabeza.
-Tócame con esa boca en otra parte…- mis mejillas explotaron, o al menos eso sentí. Sus manos sujetaron las mías, dirigiéndolas a su parte baja… su erección me estaba saludando. Tragué saliva, poniendo una cara de gilipollas que de seguro era para la risa. Pero no quería quedarme atrás así que… apreté mi mano contra su erección. Mangel soltó un leve gemido que me alegró la existencia y me calentó a niveles apocalípticos.
-Acuéstate en el sofá- Exigí, ubicando mi mano detrás de su cuello, para moverlo indirectamente hacia el lugar que deseaba. Él accedió de inmediato, recostándose en el sofá, con la cabeza apoyada en el apoyabrazos de este.
La lluvia repiqueteaba de fondo, recordándome las tantas veces que habíamos estado juntos, con ella de fondo. Miré a Mangel un segundo, para luego correr ala puerta y ponerle todos los putos seguros que pudiese, seguido de tocar el interruptor y apagar la luz, al fin y al cabo, aún había luz fuera…
Se veía muy bien allí, recostado, con el torso desnudo, las mejillas teñidas y el corazón agitado. Me volví a acercar, mientras ponía mis manos en la cremallera de mis jeans, bajándola lentamente, para llegar a Mangel con éstos ya medio sueltos.
-Bájalos- Le ordené y este, por supuesto, lo hizo. Bajó lentamente aquella prenda, posando sus manos en mi trasero, tocándolo con propiedad. Estaba un poco avergonzado porque no pensé que mi erección se notaría tanto, pero allí estaba ella, demostrando lo mucho que me hacía sentir Mangel, hijo de puta.
-Parece que ehtáh felíh de ehtar conmigo- Se burló y mi sonrojo se posicionó en todo mi rostro. Sentía como ardía… joder es que ese comentario. Maldita sea, Mangel.
-Sí que lo estoy- Dije, sentándome sobre las caderas de este. Él aún estaba vestido para abajo, lo que no me incomodó en absoluto. Mirarlo de arriba era un espectáculo… todo valía la pena cuando sabía que podía estar con Mangel de esta forma. Comencé a mover mis caderas lentamente, mientras me recostada sobre mi amigo, amante, novio… sobre Mangel. Nuestros labios se unieron, mientras mis caderas seguían ese vaivén delicado y muy excitante. Su lengua comenzó a recorrer mi boca, incorporándose en una pelea con la mía. Eran esos besos morbosos, deliciosos y calientes que me volvían loco. Mis caderas intensificaron su movimiento, haciendo que mi erección rozara una y otra vez con los jeans de Mangel.
-Quítatelos- Dije, pero luego solo actué. Me levanté un segundo, para desabrochar a toda velocidad esa maldita prenda de los cojones, quitándosela de un tirón y tirándola a tomar por culo. Nuestras erecciones eran notables.
-Sube, sube- me pidió, casi como rogando aquello. Lo hice. Me ubiqué nuevamente sobre sus caderas, comenzando una vez más aquel movimiento que me hizo delirar, más aún cuando sentía tan cerca el miembro de Mangel. –Quédate conmigo-Dijo, de forma entrecortada, suspirando y transpirando. Apoyé mis manos en su pecho, moviéndome con fuerza.
-Aquí estoy- Sentía que me estaba masturbando solo moviendo mi pelvis contra la de Mangel, sentía que me podía correr solo con moverme así.
-Quí-Quítate el bóxer- Titubeó al decir esto, pero estaba esperando que lo mencionara. Levanté el culo y con un poco de torpeza me despojé de la última prenda que me quedaba, pero como sabía que antes de poder dejar completamente desnudo a Mangel, me correría, prefería quitarle el bóxer en ese mismo instante. No quería esperar…
Vi su rostro, excitado, nervioso, acelerado, deseoso y no me pude aguantar, me senté una vez más sobre él, sintiendo una electricidad correr por todas mis venas, haciéndome recordar que esto ya había ocurrido tiempo atrás… y esperaba que siguiese ocurriendo millones de veces más.
-Se siente bien…- Susurré, lascivo, sintiendo mi miembro chocar con el de Mangel. Nuestras erecciones se rozaban con cada movimiento de mis caderas, alas cuales se sumó él, moviendo las suyas también. Sentía como se humedecía mi entrepierna, por sudor, por todo realmente. Pero tenía algo en mente, algo guarro; quería sentirlo. –Mangel… quiero, hacer algo- Dije, nervioso y avergonzado. Joder, me sentía como un niñito estúpido. Él solo asintió, entregado a todos los pecados que se me ocurriesen, y vaya que tenía ideas.
-Baja tu cabeza, recuéstate por completo, necesito que estés recto- Le pedí, con la vergüenza a flor de piel. Él arqueó una ceja, pero lo hizo. Bajó su cabeza, quedando con los pies levemente fuera del sofá, pero con la cabeza apoyada en los cojines, recto a su cuerpo. Lo miré, subiendo lentamente; ya no estaba sentado en su pelvis, sino en su ombligo; en su pecho… llegando a su cuello, y cuando estuve sentado cerca de su rostro, comprendió lo que quería hacer.
-Quiero comerte- Fue lo único que dijo, suficiente para encenderme como un chispero. Subí hasta su rostro, ubicando mi miembro en su boca, sintiendo el calor de su boca, su aliento tibio… mierda, esto me supera. Mangel comenzó a lamer mi miembro con euforia, mientras ubicaba sus manos en mi culo, empujándome aún más a él, haciéndome delirar de locura.
-Quiero… ahí- Apunté en esa zona que odiaba nombrar, pero él solo me miraba. –Vamos…-Pedí, avergonzado, apuntándome una y otra vez. Era extraño ver el rostro de Mangel casi desaparecer bajo mis partes bajas, y el no ver, no adelantarme a lo que su lengua hacía, era aún más excitante. –Mis huevos… chúpalos- Dije, cerrando los ojos con fuerza, Quería desaparecer solo de la puta vergüenza queme daba decir aquello. Mangel, con delicadeza, movió su lengua a esa zona, meneándola de un lado a otro, metiéndolos a su boca, succionando, devorando. –Cui-cuidado, joder- Me quejé, al sentir que su euforia me estaba arrancando los huevos de raíz. Su destreza para hacerlo me sorprendía, y es que había mejorado muchísimo desde las últimas veces…
-Me encanta- Dijo, en un pequeño descanso que hizo para respirar. Mis caderas comenzaron a moverse encima de él, de su boca. Joder su lengua me estaba volviendo loco.
-Mangel… quiero hacerte el amor- Dije, lanzando aquellas palabras que no sabía qué respuesta tendrían. Él solo asintió. Me detuve un segundo.
-Mangel… en serio quiero hacerte el amor- Hice una pausa. –Yo a ti- Agregué, para terminar de dejar claras mis intenciones. Y sirvió, porque fue en ese momento en que Mangel cayó en la cuenta de lo que estaba proponiendo. Me miró, cambiando levemente su semblante. Obviamente no podía hacer nada sin que él lo quisiese, así que esperé su respuesta.
-Rubiuh… vamoh a tu habitación, ehtaremoh máh cómodoh- Dijo, moviéndome un poco para atrás para dejarle libre el rostro. –Y sí, quiero que me hagah el amor- Agregó, haciéndome perder la respiración. El momento había llegado, hoy sería mi turno.
______________________________________
Qué taaaaaaal!!!!!!! He vuelto a la vida como el ave Fénix (?) con un nuevo capítulo de Luchemos Por Esto!!! Yeeeeeeyyyyy
SE SUPONÍA QUE ESTE CAPÍTULO NO IBA A SER MEDIO NI UN CUARTO PORNOSO, pero las personas cambian :v así que ni modo, Rubiuh y Mahe me guiaron por esta dirección (porque son unos calientes del mal) y todo terminó el esto, es culpa de ellos, no mía. OJO!
Y QUE PASA CON LOS QUE NO CREÍAN QUE RUBIUS TENDRÍA SU OPORTUNIDAD!!!! aquí está la muestra!!! se viene el Rubelangel como nunca antes lo habían visto! Y sé que muchos se oponen a la idea pero tss, tranquilidad, ustedes saben que lo amaran e____e PONGAN LAS MANOS DONDE LAS VEA EH?!?!?!?!?!
¿Qué sucederá con el padre de Mangel? ¿LPE tendrá final feliz? ¿Se unirán los cabos sueltos? Toooooodo esto y mucho más en los poquitos capítulos que quedan por delante :c
Y como nunca me olvido, darles las infinitas gracias por leer mi relato que es más viejo que el hilo negro (un comentario muy de abuelita). Gracias por la paciencia, por querer el relato tanto como yo, por darlo a conocer con otras personas, por mantenerlo vivo y por a
mar el Rubelangel, sin importar como estén las cosas actualmente. Gracias mis queridos querubines, porque sin ustedes, esto no sería posible. Les envío un abrazo gigantesco y nos estaremos viendo cuando la luna se cruce con los astros de la tercera galaxia (?)

Los quiero muchísimoooo un besote!!!

Se yaaa <3

////Este capítulo fue publicado el 21 de Julio de 2017////

rubius mangel rubelangel ·elrubiusomg mangelrogel rubendoblas miguelangelrogel fanfic fic LPE luchemosporesto yaoi amor gay love

LUCHEMOS POR ESTO

Capítulo 113
Narrado por Mangel

Apreté loh ojoh con fuerza. ¿Qué había sucedíoh? ¿Dónde ehtaba? Ehtaba confundíoh. Abrí un ojo, mirando a mi alrededor. La luz del sol atravesaba el crihtal de la ventana, para recaer juhto en un bulto pesáoh que tenía a mi láoh.
-¿Y ehto?- Dehpabilé lo que máh pude… y me hubiera guhtado no tener que recordar en forma de puñaladah, todo lo que había ocurríoh ayer. Mi propio padre, me había tratáoh como un completo dehconocíoh. Había dehtruído la poca confianza que le tenía, y ahora no me quedaba nada máh, que la persona que tenía a mi lado, durmiendo profundamente.
-No teníah que haber vihto ehto- Susurré, acariciando una de suh mejillah. Se encontraba con su cabeza apoyáh en mi pecho, rehpirando tranquilamente, como si ehtuviese fuera de ehte mundo. Me detuve a observarlo… cuanto me guhtaba ehte gilipollah. Y aún sintiendo que la tormenta ehtaba sobre nosotrh, supo que decir y hacer para hacerme conciliar el sueño, y dejar de preocuparme por todo lo que podía ser. Creí muchah veceh ehtar enamoráoh, pero Rubiuh llegó pa’ ehtremecer mi mundo, volcar todoh mih sentimientoh y demohtrarme que lo que, anteh había sentíoh, no era ni un suhpiro de lo que realmente él me ehtá haciendo sentir ahora… nunca creí que realmente podría llegar a sentir que se me iba la vida por alguien, y ese alguien ahora duerme sobre mí, quizá soñando que… ehtá aquí conmigo, ehtá a centímetroh de mí.
-Te amo mucho…- Levanté suavemente su cabeza, apoyándola en la almohada, para poder bajar y quedar frente a él. Tener su rohtro a pocoh centímetroh del mío, me morder inhtintivamente mi labio inferior.
-Que tranquilo te véh, ioputa- Sonreí, acercándome para plantarle un pequeño beso en esoh labioh dehpreveníoh. No dehpertó por aquel gehto, y lo agradecí. –Joer, no sé que me hicihte. Me tieneh vuelto loco- Lo besé de nuevo, ehta véh con un poco máh de pasión, lamiendo suh labioh de manera suave, ehperando que mih caprichoh no fueran dehcubiertoh por ehte. Inhalé, un poco acalorado, acercándome nuevamente, ehta véh, pegando mi cuerpo con el de él. Apoyé mi mano en su cadera, algo sencillo puehto que dormía de lado, apretándolah e incruhtando mih dedoh en lo poco de piel que se asomaba.
-Joder… me ehtoy poniendo cachondo por náh- No sé qué me ehtaba pasando, quizá era mi liberación de fruhtración, quizá era la ira contenida que tenía en lo profundo, o simplemente quería tocarlo y ya. Mih dedoh sintieron su piel tersa y tibia, pese a habernoh quedáoh dormíoh arriba de la cama, con la frazada de ehta y náh máh.
-Te amo demasiáoh…- Ehpero que lo sepah… ehpero que sepah cuanto hah cambiáoh mi vida. Lo besé una véh máh, ehta veh subiendo la mano que tenía en suh caderah, a su rohtro, acariciándolo suavemente, mientrah profundizaba mi beso que ehtaba siendo como un monólogo. Era lógico, él dormía y yo lo ehtaba toqueteando sin su permiso… pero quería sentirlo, quería…
-¿Mangel?- Ehcuché de su parte, pegando un salto mortal que me dejó prácticamente claváoh al techo. -¿Qué estás haciendo?- Me preguntó, rehtregándose loh ojoh con pereza, formando una sonrisa en su rohtro.
-Dihculpa…- Fue lo único que pude decir. Lo cachondo que ehtaba se tranhformó en vergüenza.
-No pidas disculpas, gilipollas. Si quieres algo, solo pídelo- Me sorprendío verlo encima de mí tan rápido… no demoró nada en besarme con furia, intensificando aquel beso que me pilló dehpreveníoh. Lo compartí, incluyéndome en la locura. Nuehtrah lenguah se juntaron, bailando en una sincronía perfecta.
-Quitate la ropa- Le pedí, olvidando donde, como y cuando habíamoh llegáoh a ehta situación. Mih manoh ya ehtaban posicionáh en el inicio de su camiseta, preparadah pa’ seguir, en cuanto tuviese el permiso de ehte. Rubiuh me miró, entre sorprendíoh y avergonzáoh por mi actitud.
-Mangel… estamos en la casa de tus padres- Añadió, recordándome que era cierto, ehtábamoh aún en Algarinejo; de hecho, se supone que ni siquiera deberíamoh ehtar en la mihma habitación. ¿Y qué? A ehtah alturah poco y náh me importaba. Miré rápidamente la hora en mi móvil; era bahtante temprano así que sabía que no habría problema alguno, nadie ehtaría dehpierto a ehta hora… ehperaba.
-No me importa, solo quítate la ropa- le dirigí el rohtro hacia el mío, para que se callara de una véh por tóah y me besara como solo él sabía hacerlo. Mih manoh se colaron sin permiso por su ehpalda, sintiendo como su piel se erizaba levemente.
-Tranquilo… ya podremos hacer est…- Lo interrumpí con otro beso. Déjame… déjame sentirte y recordar que pese a toda la mierda que me pueda pasar, tú ehtaráh a mi láoh siempre.
Tomé su cabeza por amboh láoh, sin dejar que ehte se apartara de mih labioh. Insistí, metiendo mi lengua máh de una véh, saboreándolo, dihfrutándolo…
-Mangel, joder- Dijo entre dienteh, un poco ahogado a mi parecer. Lo alejé, mirándolo fijamente, a esoh ojoh que me parecían cambiar de color de tanto en tanto.
-Te amo. Mucho… no me dejeh porfavor. Mantente a mi láoh así sea lo máh difícil que tengah que hacer en tu vida- No permití que me rehpondiera. Solo lo acerqué a mí, plantándole otro beso de aquelloh que noh quitaban el oxígeno, obligándolo a levantar loh brazoh pa’ dehpojarlo de su camiseta. Ver su piel me volvía loco; quería máh de esa droga, necesitaba máh de su cuerpo. Sentí como suh manoh también decidían incursionar en mi piel; suh dedoh tibioh se colaron por debajo de mi sudadera, que ya me tenía harto del calor que me ehtaba produciendo.
Suh manoh intensificaron el roce, levantando lentamente toda la ropa que traía encima. En cuanto sucedió aquello, una corriente recorrió toda mi columna. Su pecho ehtaba sobre el mío, rozando, excitando todo mi cuerpo.
-Joder macho, porqué se te ocurren estas cosas en los peores lugares- Gruñó, y yo sonreí. Me daba igual tóh; Lo tenía para mí, y eso era lo único que tenía en mente en ehte momento. Una de mih manoh se quedó en su cabello, apretándolo; acercándolo a mi rohtro sin tregua, mientrah que mi otra mano bajó hahta su cadera semi dehnuda, para subir y volver a bajar por su columna, en un vaivén que lo hacia ehtremecer no una, ni doh, sino muchah veceh.
-Mangel… detengámonos ahora que todavía tenemos tiempo- Lo comentó como si realmente no quisiese decir aquello; me detuve un segundo, mordiéndome el labio inferior y lamentándome porque, de hecho, tenía razón. No era la idea que subiera alguien y noh encontrara liándonoh, máh todavía porque lah cosah no ehtaban para nada bien.
-Tieneh razón- Suhpiré, ya resignado a bajar mi erección solo con una buena ducha fría. No dudé en plantarle un último beso, mordiendo su labio inferior con una fuerza medida. Rubiuh me lo devolvió, para luego levantarse de mi cama y ponerse lah prendah que le había quitado anteriormente.
-No te dejaré con ganas, tranquilo. Cuando lleguemos estaremos en un lugar más apropiado- Su insinuación no ayudaba en náh pa’ calmar mi excitación, pero solo asentí con la cabeza, siguiendo loh pasoh de ehte.

En cuanto ehtuvimoh vehtíoh y ya levantadoh de la cama, miré mi móvil.
-6:42- Era bahtante temprano… perfecto pa’ salir cagando hohtiah de aquí. Me daba láhtima no poder dehpedirme de mi madre adecuadamente, pero en cierto ahpecto sabía que si lo hacía, me encontraría con quien se supone que eh mi padre… y no tenía ganah. Mi orgullo no me lo permitía por mucho que lo intentase.
-¿Nos iremos así sin más?- Me preguntó Rubiuh, mirándome de reojo. Quizá que ehtaba pensando de mí, que era un gilipollah o tantah cosah máh. Y si lo era, pero me sentía herido; me dolía tener que levantarme de esa cama y olvidar todo lo lindo que ehtaba pasando con Rubiuh, pa’ recordar la ahquerosa actitúh de mi padre hacia nosotroh.
-Si, solo vámonoh y ya. Llamemoh un taxi- Dije serio, mirando mi móvil, aquel que seguía apretando con mi puño. Marqué sin titubear, pidiendo que noh fuera a recoger un taxi lo máh rápido posible. –No le deh tantah vueltah Rubiuh, dehpuéh hablaré con mi madre. Ella lo entenderá de todah formah- Le sonreí, tratando de bajarle el perfil a algo que sabía no era cierto… me dolía ser así con ella, por cosah que no eran su culpa. Me dolía mucho.

El taxi llegó bahtante rápido, pero no tanto como pa’ pillarnoh dehpreveníoh. Ya habíamoh bajáoh al primer piso con nuehtrah pequeñah maletah, y ehtábamoh lihtoh pa’ salir. Tomé lah llaveh de la encimera para abrir la reja de la parte delantera y, con la mirada un tanto perdida, cerré la puerta con delicadeza, dirigiéndome al coche que noh llevaría a la ehtación de treneh.
____________________________________
¿Sabeh lo trihte que eh, sentir máh hogar tu departamento, que mi propia casa?- Comenté, dejando la maleta apoyada en la pared cercana a la puerta de entráh.
-Entiendo que te sientas así Mahe, pero todo se solucionará, no te preocupes- Rubiuh se acercó a mí, luego de haber dejáoh su maleta tiráh anda a saber donde. –Estás mojado- Dijo, tocando un mechón de mi cabello. Habíamoh corríoh por la lluvia en buhca de un taxi que noh trajera al piso de Rubiuh, y eh que había amanecíoh con un sol radiante, pero el clima ehtaba cambiando poco a poco y no noh daba tregua. Sin máh el sol decidió ocultarse y trajo la lluvia. -¿No quieres cambiarte?- Me preguntó, mientrah seguía entreteníoh con el mechón de cabello. Lo apretujaba, sacándole toda el agua que había absorbido.
-Quédate quieto, joer. Ehtoy bien Rubiuh- Repetí su acción, tocando su cabello, mientrah le plantaba un beso fugaz, de esoh que me dejaban un poco atontáoh.
-¿Recuerdas un día que viniste y vimos la lluvia un montón de horas? Abramos las cortinas, que no alquilé el piso con los mejores ventanales por nada- Comentó, un poco caprichoso, dirigiéndose a ese gran ventanal que te hacía sentir poderoso, abriendo lah cortinah de par en par, pa’ dejar a la vihta la lluvia ehtrepitosa que se había apoderáoh de Madrid.
-Si, lo recuerdo. Y también recuerdo…- Me acerqué a su sofá, empujándolo con todah mih fuerzah en dirección al ventanal, de forma que quedáramoh de frente a la lluvia. –Que movimoh ehte gran sofá pa’ ver el ehpectáculo, cómodoh- Sonreí, recogiendo un par de cojines que se me habían caído con el movimiento. El maullido de Raspby apareció a lo lejos.
-Hola gorda, estás hermosa como tu padre- Rubiuh la tomó en brazo, acariciándole el rabo y lah orejah. –¿Recuerdas cuando vivíamos juntos? ¿O cuando grabamos el video de la nueva casa? Nos pusimos a bailar Gangnam Style como un par de gilipollah- Reí, sintiendo como si me metieran a una maquina del tiempo y me trahladaran a otro lugar. Rubiuh se sentó en el sofá, y yo lo seguí. Teníamoh el gran ventanal frente a nuehtroh ojoh, deleitándonoh con uno de loh fenómenoh naturaleh de la tierra.

-O cuando trabajábamoh en bGames… dehde ese momento ya éramoh bahtante gayh- Sonreí, sintiendo que aquello ya había sucedíoh hace tantoh añoh.
-Claro que lo recuerdo, como llegábamos tarde todos los putos días, y Rikote nos miraba con cara de pocos amigos… éramos muy jóvenes, joder- Su nostalgia se me contagió.
-Recuerdo tu beso bajo la lluvia… recuerdo que llegahte corriendo, agotáoh. No sé realmente como fue, solo te vi encima de mih labioh, produciéndome un ataque de hihteria- Se sonrojó, dehviando la mirada a Raspby.
-Había sido muy hiriente contigo… eras muy cargante, joder. Me robaste el corazón, no sé como lo hiciste- Se sentó un poco máh cerca de mí, apoyando su cabeza en mi hombro, pese a la leve diferencia de ehtatura.
-Ni yo… no sabía que tenía tanto poder tío- Rodeé mi cabeza hacia un lado, plantándole un beso en su cabello, para voltearme de nuevo a mirar la lluvia. -¿Recuerdah el matrimonio de Francihco y Antonio? ¿Nuehtroh pensamientoh?…-Suhpiré, sintiéndome otra véh como esah primerah veceh al láoh de Rubiuh.
-…Una vida juntos… claro que lo recuerdo- La lluvia golpeaba con fuerza, dando un ambiente único.
-Bailamoh como si nada noh importara… noh planteamoh la idea…
-De casarnos algún día- Terminó mi frase, mirándome con complicidáh. Inhalé relajado, cerrando un momento loh ojoh…

-Así éh, me guhtaría que fuese en algún lugar libre, donde corra mucho viento; un viento frehco y puro- ¿Qué? ¿Ehtaba imaginando nuehtra boda? Que tonto, joer.
-Si… usaría un traje impecable, de seguro me lo mandaría a hacer mi madre, sabiendo lo torpe que soy con esas cosas- Comentó, y me sorprendió que se uniera a la idea que ehtaba planteando. Me sonaba tan dehcabellado.
-Zapatoh bien luhtráoh, una… ¿corbata de moño? Joer que feo macho- Noh partimoh, imaginándonoh vehtíoh con esah cosah que no noh pegaban de ninguna forma.
-Y un pañuelo en el bolsillo, por si alguna bella dama estornuda y se le sale el coctel por la nariz- Noh dehcojonamoh, imaginando la escena.
-“Por favor llevar personal de limpieza a la mesa 8”- Imité una voz muy ehtúpida, la cual hizo reír a Rubiuh y, naturalmente, a mí.
-Y mientras ella se desangra nosotros bailamos como si aquí no pasara nada- Comenzó a bailar un vals imaginario consigo mihmo, moviendo loh brazoh y la cadera de un láoh a otro.


//// //// (José Gonzalez – Stay Alive)


-Y luego, cuando todo termine, irnoh de viaje… ehcapar de todo y de todos. Tomar el primer avión y lanzarnoh a la aventura- Mih ojoh se cerraron una véh máh, sintiendo la brisa fría de algún alpe.
-Acampar en un lugar deshabitado en el cual solo se escuche nuestra respiración. ¿Te imaginas como se deben ver las estrellas en un lugar así?- Ehtaba allí, lo ehtaba viendo… ehtaba sintiendo todo.
-Se ven maravillosah, de hecho. Una fogata en medio de la nada, alumbrando a la lejanía.
-Está corriendo muy muy fuerte la brisa, vámonos a la carpa mejor- El comentario en “presente” solo hacía que sintiera máh y máh que ehtaba allí.
-Acohtémonoh juntitoh pa’ no pasar frío. Me preocupé de hacer nuehtra cama. Un colchón inflable y un montón de mantah pa’ no morir- Se siente, ilógicamente real…
-Que bien se siente estar junto a ti mi Mahe, estás calentito, me encanta. Mañana cuando despertemos, nos hacemos algo tibio para tomar. Traje un termo con agua caliente- Sin haberlo notado, ya ehtaba abrazáoh a Rubiuh, tanto en nuehtro mundo creado, como en aquel sofá que había síoh tehtigo de tantah cosah.
-¿Ehcuchah la lluvia que cae sobre la carpa? Joer que ruidosa, podríamoh salir y mojarnoh un poco- Ehbocé una leve sonrisa, sintiéndolo inhalar con calma, absorto en ehto que habíamoh creado de la nada.
-¿Y por qué no?- Abrí loh ojoh, mirándolo un poco sorprendido. –Vamos- Me dijo sin máh, levantándose del sofá pa’ tomarme del puño de mi sudadera, tironeándome, obligando que me levantara al igual que él.
-¿Qué haceh? Joer si eh que ehtáh mal de la cabeza- Que iba a hacer con ehte tío, ehtaba loco, pero realmente loco de remate.
-Calla la boca, coño. Vamos- no dijo nada máh, tomó la llaveh que había dejáoh en la encimera cercana a la entrada del departamento, sin soltar mi muñeca, aquella que había abrazado en cuanto me levanté. Abrió la puerta, y me tironeó con él, hahta el ascensor.

En cuanto salimoh, sentí un leve frío recorrer mi columna, realmente llovía fuerte.
-Mangel, anda a esa parada de buses. Quédate allí y no te muevas- ¿Eh? ¿Qué cojoneh?
-Pero…
-Solo hazlo, corre, mueve ese culo gordo- Ahora te quejah pero harto que te guhta. No tenía puta idea que planeaba, pero hice caso; me encaminé, como un gilipollah, a ese paradero, sintiendo un poco de agua en mih calcetineh.
-Ehto me pasa por comprarme zapatillah de mierda- Refunfuñé, trotando hahta el paradero…

“(Cap.48)

-No debes estar lejos- Comenté casi sin aliento, mientras inhalaba y exhalaba con todas mis fuerzas, tratando de mantener el ritmo a toda costa.”

Me ubiqué bajo la parada de buseh ehperando a ver que era lo que ehte gilipollah quería hacer…

“ (… )Cuando ya no sentía las piernas, y mis manos prácticamente estaban congeladas, logré divisar a alguien… A una persona resguardada en el techo de una parada de buses.”

De repente, vi a lo lejoh a Rubiuh, corriendo como si de eso dependiera su vida. -¿Pero qué coño hace?- no lo entendía, en serio no lograba entender que planeaba.

“¿Estoy siendo egoísta? ¿Realmente lo estoy siendo? Pero, ¿Qué cojones puedo hacer?
-Hazlo por Mangel… no por compasión- Me repetí una y otra vez, para terminar casi al lado de la espalda de este desconocido que, era ni más ni menos que Mangel”

-Ehto me recuerda a algo…- Sonreí inevitablemente, notando como se acercaba máh y máh. –Joder, porqué te amo tanto…

“-Porqué te amo tanto, coño- Escucharlo decir eso, me paralizó el corazón, trayéndome a la mente, su desesperada declaración”

-Mangel- Dijo, en cuanto ehtuvo a mi láoh. Yo solo lo miré, con una cara de tonto que madre mía, no me la podía ni yo.

“-¿Rubiuh?- Lo único que alcancé a ver fueron sus ojos abiertos de par en par, de no creerse lo que miraba. Lo siguiente pasó en cámara lenta”

-¿Rubiuh?- Solo pude preguntar aquello, porque suh labioh me interrumpieron. Suh labioh tibioh pese al ambiente, me hicieron callar de la forma que máh quería… con suh besoh.
-Te amo mucho- Dijo. Aquello significó tanto, no solo porque había recreado algo que noh había sucedíoh, sino porque, ademáh de recordarlo, tenía valor extra el saber que lo nuehtro en esa época, no era ni por asomo lo que sentíamoh actualmente.
-Y yo, te amo mucho- Susurré, enredando mih dedoh en su cabello… ehtaba en un sueño.

Ehtuvimoh un buen rato tonteando bajo la lluvia, hahta que realmente sentimoh frío. No seguimoh mucho máh con la tontera y noh enclauhtramoh de vuelta en el edificio. Luego de una necesaria ducha con agua tibia, me fui al salón pa’ secarme el cabello y mirar un poco de televisión, hahta que sonó el timbre del departamento.

-¿Eh?- Me sobresalté un poco, mirando hacia la puerta. Rubiuh se ehtaba bañando, así que… ¿era correcto que abriera? Ademáh… ¿quién coño era que pudo entrar hahta ehte punto? Se supone que hay un recepcionihta. Me encogí de hombroh, parándome pa’ dirigirme a la puerta… mi corazón se paralizó, en cuanto tuve en frente al dehconocido.
-¿Tú?- Vociferó, poniendo una cara igual o peor que yo… no podía creer que ehtuviera cara a cara con Jen.
_________________________________
Que taaaaaaal!!!!!!! SIIIII SOY YOOOO, CON UN NUEVO CAPÍTULO DE LPE!!!! ¿Maggie eres tú? ¡SIIII! yaya, ni se lo creen :v (que triste que yo misma me moleste x’D) Pero siii!!! he llegado con otro capítulo wiiiiii

JDCSIDCMSODCMSDC TODO BONITO, TODO HERMOSO, MAGGIE TE COJO (?) okno, KEEEEEE PERO QUE HACE ELLA ALLÍ!!! lo peor de todo que se encuentra con Mahe recién duchado, en la casa de Rubencio :v ayayai las cosas de la vida, bueno, supongo que a estas alturas no queda mucho más que decir que… CORRAAAAAAAAAAAN
¿Que hace Jen en la casa de Rubius?¿Habrá una pelea?¿Qué sucederá cuando estén los dos de frente? Tooooodo esto y mucho más en los capítulos que siguen!!!!

Amores míos, esto es inevitable… LPE se acerca a su final. Me pone triste, y sé que a ustedes también, pero creo que es el mejor momento del relato, y hay que darle un maravilloso final… pero no solo pensaba en eso. Me gustaría hacer algo especial, hablar con ustedes, compartir un poco, conocer a quienes han sido algunos de mis lectores más antiguos, más que mal este relato tiene más de 3 años, y eso es muuuuuuucho tiempo. Me encantaría que me den ideas de que desean, en lo personal me gustaría hacer un directo conversando con ustedes, hablar de capítulos, de cosas que les quedaron pendientes en LPE, conectarme mucho más personalmente con ustedes, y obviamente darle una despedida a Luchemos Por Esto. Estén atentos que por aquí y Twitter avisaré todo (MaggiZini)
Cualquier idea es bienvenida, así que no duden en comentar! Los quiero con todo mi corazón y nos vemos muy pronto con otro capítulo!!!! Un beso gigante!

See ya!!!

elrubiusomg mangelrogel rubelangel rubendoblas miguelangelrogel rubius mangel ·yaoi amor fanfic fic gay

LUCHEMOS POR ESTO

Capítulo 112
Narrado por Rubius

-Ehtoy enamoráoh de Rubiuh- Y es en ese justo instante, en el que el tiempo se paraliza. Cada uno de nuestros sentidos se agudizan, esperando una respuesta; esperando el siguiente paso… el tiempo se ha detenido, y no sabemos si es correcto respirar; no sabemos cómo respirar.
- ¿Qué? - Fue sumamente tajante. El padre de Mangel había cambiado su semblante a algo que jamás había visto; algo sumamente oscuro se avecinaba. - ¿Qué coño me acabah de decir? – Inhalé con fuerza, sintiéndome estúpidamente paralizado. Mangel por si parte sólo atinaba a tragar saliva una y otra vez, como si de eso dependiera su vida.
-Podemos explicarle todo de un inicio- intenté interrumpir, pero ya era demasiado tarde…
- ¡No me ehpliqueh náh coño! ¡No quiero saber náh de ehta mierda! ¿Me ehtán bromeando? – Podía jurar que jamás había visto al padre de Mangel así, y al mismo tiempo, jamás había visto a quien ahora era mi pareja, tan asustado. No sabía que hacer… no sabía qué coño decir.
-Pero tranquilízate macho.
-No me tranquilizo nada… que cojoneh uhtedeh doh… ¿Ahora te guhtan loh tíoh Miguel? ¿Cuándo se te ocurrió que ehto era una buena idea? – Retrocedía el tiempo una y otra vez, recordando el temor que sentía Mangel por contarle a su padre lo que realmente sentía… me sentía miserable por llevarlo hasta este punto; por obligarlo a no seguir sus instintos que le repetían una y otra vez que esto no era una buena idea.
-Papá…- Su susurro, doloroso como mil puñaladas, me tocó incluso a mí.
-No me digah así Miguel Ángel… no te atrevah a decirme “papá”. No pueoh creer que ahora te de por jugar con tu sexualidad. Ya me cohtaba bahtante aceptar que tu supuehto trabajo eh andar de vago por la vida, como para que me vengah con ehtah noticiah de tu nuevo amor y esah cosah- Sus palabras habían sido realmente duras… y si me costaba digerirlas a mí, no me imaginaba cuanto le estaba costando a Mangel; tan silencioso… tan quieto. –y tú, aléjate de mi hijo. Fue tu idea meterlo en tóh ehte mundillo de loh videoh y eso… deja de hacerle daño a ehta familia; deja de entrometerte y querer lograr todo lo que quiereh. De seguro ehte eh algún plan idiota pa’ que máh gente loh vea… o que se yo- Apreté los labios, nervioso a más no poder.
-No es un capricho, se lo juro. Escuche a su hijo, porfavor. No sirve de nada que yo le profese lo que siento por él, pero al menos escúchelo… jamás podría hacerle algo como esto a su hijo. Yo quiero lo mejor para él, yo lo amo…
-¿Y tú que coño sabeh de amor? ¿Alguna véh hah teníoh que darlo todo por alguien? ¿Alguna veh hah sabíoh lo que eh trabajar día y noche para llegar a casa y ver sonreír a quien amah? Ereh un crío Rubén, ni tú ni Miguel saben lo que quieren… así que no me vengah a dar leccioneh de lo que eh el amor y que eh lo que significa- Me había dejado en silencio… me había derrumbado con cada una de sus palabras.

-Me sorprende… son adultoh joder, ya ehtán viejoh pa’ empezar a buhcar nuevoh rumboh. Miguel, a ti toda la vida te han guhtaoh lah chicah, ¿Y ahora me vieneh con que te guhta Rubén? Joer pero si son como hermanoh, coño. Han crecíoh juntoh, se han vihto la polla 40 veceh, han ido de fiehta pa’ ligar con chicah… ¿Y ahora nada de eso vale? ¿Magicamente, luego de 6 o cuantoh añoh conociéndose, te guhta? No me vengan a tomar el pelo el parsito, no hagan que pierda mi tiempo en ehta mierda- ¿Acaso no teníamos derecho a cambiar? ¿A tomar un nuevo rumbo? No era justo…

-Primero te vah de casa a buhcar tuh sueñoh mágicoh, dehpuéh te vah a vivir con Rubén, no terminah tuh ehtudioh, me diceh que quiereh subir videoh… dejah de llamar a casa, te vah de fiehta, ligah con medio mundo ¿y? ¡Ahora ehto! No te crié para ehto; no ocupé tiempo de mi vida para que seah ehto- Esto… como si fuese un objeto. No podía creer lo que estaba diciendo.
-Rubiuh, vámonoh- Su mano apretó la mía con fuerza, tironeándome fuera del comedor, para llevarme escaleras arriba, específicamente a su habitación. La subimos con rapidez, casi a tropezones y, una vez dentro, cerró de un portazo, dirigiéndose a nuestras maletas, un tanto desordenadas, para abrirlas y tirar todo dentro de ellas como si de eso dependiera su vida.

-¿Mangel?- Trataba de que me mirara a la cara, de que me dijese algo…
-Arregla tuh cosah. Noh vamoh. Apresúrate, no te lo diré de nuevo- Él no era mi Mangel; él no era mi pareja; me mordí el labio inferior, asintiendo con la cabeza, mientras movía el culo para recoger las pocas cosas que había sacado, guardándolas en la maleta con rapidez.
-Hablemos…- Le pedí, insistiendo una y otra vez, mientras trataba de seguir su rostro con la mirada; no notaba ninguna expresión que me demostrara algún tipo de sentimiento; me estbaa comenzando a preocupar en serio.

Hubo un largo periodo de silencio, hasta que Mangel por fin abrió la boca.
-¿Me puedo quedar contigo hoy día?- Su pregunta me sorprendía, y es que era obvio que podía quedarse cuando quisiese conmigo, si fuera por mí que viviera en el mismo lugar que yo… aunque como estaban las cosas, se veía difícil.

-Tú sabes que eres bienvenido cuando gustes Mangel…- Me comencé a acercar lentamente a él, tratando de acortar nuestra distancia lo que más pudiese; necesitaba abrazarlo, decirle que todo estaba bien… que yo estaba para lo que necesitase.
-No Rubiuh… aquí no. Déjame llorar en tu habitación, solo quiero que noh vayamoh rápido que acá- Me alejó amablemente, no sin antes dedicarme un pequeño beso que casi rozó mis labios.

Mangel tomó su maleta, dirigiéndose a la puerta de la habitación mientras me hacía un gesto para que lo siguiese. Hice aquello. Saliendo junto a él.
-¿Hijo?- La madre de Mangel apareció repentinamente. Estaba en la habitación de su hija, así que supongo que la estaba acompañando o anda a saber tú. - ¿Qué sucede? ¿a dónde van a esta hora? – Muy buena pregunta… estaba oscuro y la verdad es que podía seguir a Mangel en sus ideas pero teníamos que ser conscientes de que no teníamos donde quedarnos, mucho menos en Algarinejo que, poco y nada tenía de atracciones como para tener alojamientos.
-Pregúntale a tu maríoh a donde vamoh. Eh un gilipollah mamá, nunca me ha apoyáoh y cuando máh necesitaba que me ehcuchase, viene y se planta como un cabrón. Como si fuera un gran ejemplo a seguir- Me estaba poniendo nervioso por el contenido de las palabras de Mangel; estábamos en el inicio de la escalera y, en cualquier minuto podríamos encontrarnos con él… ya no quería más problemas, pero era mejor ser prudentes hasta que pudiésemos retirarnos de la casa de los padres de Mangel.
-¿Qué? ¿Qué sucedió con tu padre? Hijo… es muy tarde, quédense esta noche al menos y mañana pueden irse. Yo hablo con…
-No, ni se te ocurra. Entendí perfectamente tóh lo que noh dijo… entendí porque noté que salió de lo máh profundo de su corazón. No hay que ser un genio pa’ saber que no hay mucho que hacer al rehpecto- Bajé la mirada a mis zapatillas; no tenía donde escapar, así que me dispuse a encontrar algo que me distrajese en esta conversación tan densa. –No hableh con él, te lo repito. Sé que quiereh lograr que cambie de opinión, pero no vale la pena- Como debía sentirse… tan herido. Yo tuve la aceptación del padrino y de mi madre. Sé que puedo contar con ellos si necesito un hombro, pero él… sintió el rechazo de su padre, y yo estaba como un imbécil mirando mis zapatillas sin saber que decir.
-Dejémoslo pensar, supongo que esto fue muy fuerte para él. Mangel, no le sigas dando tantas vuelvas, vámonos mañana y dejamos que todo se calme; no seamos descorteces con tu mamá, después de todo ella solo quiere ayudar- Dije, intentando poner un punto a toda la situación, no era justo que la madre de Mangel tuviera que vivir estas cosas siendo que ella solo nos había recibido.

No se habló más, y lo agradecí. La madre de Mangel se despidió de nosotros y, antes de que devolviéramos todo a la habitación, ella nos detuvo.
-Niños, no dejen que esto les corte las alas… él lo entenderá, solo debe pensarlo y aclarar su cabeza. Esto no ha sido fácil para él, no tanto como para mí. Hijo, él te ama, te adora, y eres sus ojos… no pienses que esto lo hará cambiar de opinión, solo… solo deja que todo fluya- Y con eso, nos sonrió a ambos, bajando la escalera para dejarnos a nosotros dos ahí, parados como dos idiotas con las maletas en la mano.

-¿Mangel?- Necesitaba que me hablara. Nos encontrábamos recostados en la cama, uno al lado del otro, mirando al techo. La cortina de la pequeña ventana que adornaba la habitación, se encontraba abierta, dejando entrar pequeños rayos de luz desde el exterior, emanados por los focos de la calle.
-No pueoh creer que todo haya pasaoh así- Aquello salió como un pequeño susurro… sonaba destruido, y es que no podía ponerme en su lugar por más que lo intentara, en serio no podía.
-Ya verás que todo se soluciona Mangel, de seguro fue un acto impulsivo- Intenté bajarle el perfil a todas las cosas dolorosas que había dicho su padre, pero ni yo sonaba convencido de eso. Él solo prosiguió.
-¿Sabeh? Yo creía que todoh mih miedoh eran algo que solo ehtaba dentro de mi cabeza, que era algo de lo que no debía preocuparme porque, al fin y al cabo, él eh mi padre, y como tal debe quererme y comprender que a quien quiero a mi lado eh a ti. Pero… ehcuchar suh palabrah Rubiuh… ehcuchar como te dehpreciaba, como noh dehpreciaba por querernoh; como si eso fuese un maldito pecado… querer a la persona que tenemoh al laoh. Duele mucho; duele porque te expuse a ti a algo que no quería que vivieseh… y ahora siento que ehtoy en un lugar dehconocíoh. Que mi hogar solo ehtá en tuh brazoh, donde sé que jamáh seré juhgaoh por quien soy- La atmósfera que se respiraba era la que no hubiera querido sentir… sentir a Mangel de esta forma.
-Oye- Me puse de lado, apoyando todo mi peso en mi brazo. –Tranquilo, sé que las cosas mejorarán, solo confía en mí- Tenía que hacer esto por él; tenía que mover hilos para que Mangel fuera feliz, si no lo hacía yo, ¿Quién más lo haría?

Hubo un pequeño silencio, en el cual solo se percibía nuestra respiración…
-Ehtoy trihte- Dijo, poniéndose de lado de igual forma que yo, para quedar frente a mí. Cuando me dedicaba a mirarlo fijamente, recordaba cuanto me gustaban sus facciones y los lunares que adornaban su rostro. Me encantaba esa sonrisa que siempre se hacía en su rostro… sonrisa que no podía encontrar esta vez. Me acerqué aún más plantándole un beso en la mejilla, que luego pasó a sus labios… sus cálidos labios que siempre me recibían, atentos.

//// //// (Ocean – Seafret)


-Es normal que te sientas triste, desahógate, no tengas pudor de hacerlo- Comencé a jugar con un mechón que caía justo en su frente, para luego embobarme en sus ojos, que poco podía distinguir por la oscuridad de la habitación. No quería que se sintiese solo; mucho menos que sintiese todas las barbaridades que le había dicho su padre. Lo empujé suavemente para que volviese a recostarse, subiéndome arriba de él para poder tener una mejor vista de su cara; de su todo. Me senté en su ombligo, apoyando cada una de mis manos a los costados de su cabeza. –No somos diferentes a otras personas Mangel; no estamos viviendo algo que nadie nunca hubiese vivido… así que no temas por lo que pueda venir de aquí en adelante. Mucho de lo que escuchaste, es de la voz del pasado, de un hombre criado de otra forma, de alguien que te quiere y que, quizá, se siente decepcionado de no ver en su hijo lo que cualquier padre quisiera ver. Pero eres mucho, mucho más de lo que yo merezco, de lo que ellos merecen como hijo. Eres una persona de buenos deseos, alegre, única… y eres mi novio, así que no dejes que esto te haga dudar de todo lo que eres y de lo que somos, porque el amar jamás ha sido un pecado, ni algo malo o algo que le haga daño al resto, solo están los prejuicios y la incertidumbre- Me recosté encima de él, apoyando mi cabeza en el espacio que se hacía entre su cabeza y su hombro. –Somos más jóvenes, más dispuestos a dar la cara por lo que queremos, más intrusos y mucho más valientes que los jóvenes de hace 10 o 15 años; nosotros tenemos que construir el camino a lo que deseamos para nosotros, que es estar juntos sin que el resto nos mire como si fuésemos bichos raros. Sí, me gustaban mucho las tías, y quizá me siguen gustando, encuentro lindo un par de pechotes, y sin duda las mujeres son atractivas, pero eso no es lo que quiero para mi vida, porque no estamos hechos de un cuerpo y ya, somos más que eso… somos alma, y tú cautivaste la mía. Si, un hombre cautivó mi alma, así que no temas en entregarte tú también a todo lo que estamos viviendo… era un riesgo contar lo nuestro, pero no hay nada tan terrible que no se pueda solucionar, así que luchemos para que esto resulte y para demostrarle a tu padre, y no solo a él, sino a todas las personas que aún no se enteran y tarde o temprano lo sabrán, que nos amamos, y que es eso que realmente todos buscamos, no solo algo físico o algo reglamentado porque tú tienes polla y ella coño, sino el sentimiento que mueve montañas y logra que dos personas, dos tíos que eran como hermanos… terminen queriéndose como pareja- He de admitir que me sentía orgulloso por mis palabras; nunca creí que algo tan bonito saliera de mí, pero el momento era perfecto, y Mangel lo necesitaba más que nunca.
Mis palabras rebotaron en toda la habitación, y luego volvió aquel silencio que me preocupaba en exceso… me preocupaba que no hablara, que no se expresara.
-Ereh un tonto, joer- Su voz sonaba quebrada, y yo me sentía muy a gusto con eso porque significaba que estaba dejando salir todo lo que quería ocultar y guardarse solo para él. –Graciah… graciah por ser mi fiel compañero dehde siempre. Y sí que me fui de casa y fui un ingrato, y llamé menos, incluso a veces semana por medio… pero ehtaba tan felíh de tóh lo que ehtaba viviendo Rubiuh, no tieneh idea lo felíh que me hacía el saber que sería independiente, y que te conocería; a ese idiota que me hacía reír todoh loh putoh díah. Ahora me doy cuenta de que sentí mucha admiración por ti dehde un inicio… dehde anteh de cualquier beso accidental o de un abrazo, ya sentía algo por ti que no podía dehcribir, y me siento orgulloso de haber teníoh el valor de salir de ehte pueblo pa’ conocerte… tú cambiahte mi vida Rubiuh, y aunque el universo ehtuviese contra mí, no cambiaría mi forma de pensar… te amo demasiáoh. Te amo como no tieneh ideah, y que ehtéh aquí apoyándome significa mucho máh de lo que tú pudieseh creer… gracias Rubiuh- Sus brazos me apretaron con una fuerza abismal, pero que no dolía, sino que me inundaba de amor; pude sentirlo sollozar, y lamenté que lo estuviese pasando mal, pero al mismo tiempo me sentí conmovido porque era yo quien lo estaba acompañando en este momento; era yo quien estaba entre sus brazos, y no otra persona.
-No me des las gracias, gilipollas. Yo te las doy a ti, porque fuiste capaz de hacer cosas que no creías fueran posibles, porque superaste tus miedos y porque me elegiste… desde ese primer momento me elegiste a mí como tu compañero de aventuras, y ahora como tu pareja- En este punto las palabras sobraban… no quería hablar más, tampoco quería que él se dedicara a intentar complacerme con palabras, cuando sabía que lo único que debía hacer ahora era desahogarse y tirar toda la mierda que se había acumulado quizá desde hace cuánto tiempo. Sabía que él muchas veces se sentía rechazado por su padre, y que la relación con él no era de las mejores, pero también tenía claro que su padre lo quería, y que obviamente deseaba lo mejor para él… no siento rencor por lo que nos dijo, al contrario, siento que esto nos fortalecerá aún más para seguir en este camino y poder, al fin, decirle a cualquier persona que se nos cruce y tenga la duda. “Si, somos novios, nos amamos y estaremos juntos para siempre”.
_________________________________________
QUE TAAAAAAAAAL!!!!!!! He aparecido de las tinieblas, con un nuevo capítulo de luchemos por esto!!! YIJAAAAAAAA
AY JESUSITO PERDÓNENME POR SER TAN CURSI!!! Lo sé, me van a odiar, luego me van a amar y luego van a decir “mally, ezto ez demaciado kurci para mi baca” y si!!!! es muy cursi lo admito, pero es que… Rubiuh está intentando ayudar a Mangel en este difícil momento :c LA REACCIÓN AHHHHH, díganme en los comentarios que respuesta esperaban de parte del padre de Mangel por favor!!!! quiero saberlo!
     ¿Qué sucedera ahora que el padre de Mangel sabe todo? ¿Los dejará estar juntos en Madrid? ¿Podrán cumplir el sueño de poder ser felices “para siempre”? ¿Esto es una película de Disney? Tooooodo esto y mucho más en los poquito </3 capítulos que quedan!!!!!

Y como siempre no olvido agradecerles por su infinito apoyo!!! Sé que aparezco de forma esporádica y algunos ya quieren cortarme el cuello por eso… hasta yo lo haría así que no se preocupen, pero los estudios ahora no son como en el colegio, y ya no puedo dedicarme 100% a esto sin tener 40 preocupaciones más, así que como bien saben, nada puede excusarme, pero cuando puedo, aparezco, ténganlo claro amores míos. Sin nada más que decir les mando un beso gigante y espero de todo corazón que disfruten mucho el capítulo!!! Ahora me iré a estudiar a Freud antes de que me maten. Hasta la próxima!!!!!!

elrubiusomg mangelrogel rubelangel rubius mangel rubendoblas miguelangelrogel fanfic yaoi amor drama LPE

LUCHEMOS POR ESTO

Capítulo 111
Narrado por Mangel

               Me duele el cuerpo… me siento agotado, pero felíh. Como no sentirme así si ehtoy compartiendo cama con Rubiuh. Y no sólo eso, sino que compartimoh algo máh, algo que, para mí, hubiese sido impensado hace ya tanto tiempo.
-¿En qué piensas?- Su voz me sacó de mih pensamientoh. Ehcucharlo era como ese sueño de todo niño de amanecer y, al abrir loh ojoh, tener lo que siempre había deseado. Mi deseo era Rubiuh, y lo tenía juhto al lado mío, acohtado, mientrah suh ojoh verdeh me señalaban con autoridáh.
-En nosotroh- Rehpondí, un poco nohtálgico. Habían pasaoh tantah cosah hahta ahora, que tenía la cabeza vuelta un puto basural. Y no dejaba de rondar por mi mente el gran paso que debía dar. Ser fuerte y contarleh de manera oficial que Rubiuh y yo éramoh algo, noh queríamoh, noh rehpetábamoh y por sobre todo, que ya no éramoh simplemente amigoh.
-Si no te conociera lo suficiente diría que te sientes mal por haberme roto el culo. Pero sé que no es así… que te tiene pensando Mangel. Puedes decírmelo- Y claro que podía, pero ya habíamoh teníoh variah dihcusioneh sobre lo mihmo como para tener que volver a empezar nuevamente… pero era él, y debía hacerle saber mih dudah y pedirle apoyo en todo ehto que me parecía irreal, ehpecilamente que él fuese mi novio.
-Quiero decirle a mih padreh que ehtoy contigo- Lo dije de manera franca.
-¿Estás seguro?- Vi como se acomodaba de lado, apoyándose en su codo, para mirarme con mayor comodidad y en un mejor ángulo. –Quiero decir, es tu decisión macho, y lo sabes. Pero no quiero que creas que no hacerlo afectará en algo lo… nuestro. ¿Me explico?- Lo tenía claro, pero era inevitable pensar que seguía ocultándolo de lah personah que máh quiero. ¿Y si quería invitarlo a Algarinejo, pero ya no siendo mi amigo, sino mi novio? Quizá ehtaba siendo muy egoíhta con mih padreh, pero al menoh mi mamá ya lo sabía y, realmente lo que más me asuhta eh la reacción de mi padre.
-Sé que nuehtra relación seguirá, incluso sé que sin contárseloh no cambiará nada, pero tío, eh algo mucho máh personal… algo que va de serme sincero y materializar todo lo que ehtamoh viviendo. ¿No te pasa que todo llega a ser irreal hahta un punto? Rubiuh, si quiero dehpertar mañana sin sentir que todo ha sido una simple ilusión, tengo que materializar ehto que ehtamoh viviendo. Eh acohtarnoh, hacer el amor. Besarnoh, darnoh la mano, abrazarnoh con otrah intencioneh… necesito que el mundo me recuerde que nada de ehto eh una ilusión y que mañana no ehtaráh para mí- Máh de un año en ehto, máh de un año en que me conocí realmente, y conocí lo que sentía muy en el fondo, y aún así no podía superar la brecha de loh sueñoh y la realidad.
-Te entiendo. Respeto tu decisión y si necesitas que esté para ti, lo estaré. Viajemos a Algarinejo, hablemos con tus padres y seamos francos. Al menos ya tienes la tranquilidad de que tu madre te acepta tal cual eres. Si lo dijésemos de otra manera, tenemos una “aliada”- Lo miré, sin poder evitar un inmenso amor por su apoyo. Necesitaba hacer ehto con Rubiuh, y que él simplemente se ofreciera sin pedir nada a cambio, me hacía sentir una persona sumamente amada.
-Graciah. Creo que será lo mejor. Y si no lo éh, al menoh sé que, pase lo que pase, siempre te tendré conmigo- Él solo sonrió con ese entusiahmo tan conocido en él, y no pude evitar caer ante suh encantoh. –Ereh muy guapo tío- Me acerqué a él, poniéndome de la mihma forma que él se encontraba ubicado; el codo apoyáoh en el colchón, sohteniendo mi cabeza.
-Lo sé- Dijo con su humlidáh caracteríhtica, para luego acercarse y robarome un beso de esoh que solo sabía dar él. –Tienes que estar tranquilo. Los padres aman a sus hijos aún cuando son unos gilipollas. Y tú no eres eso, solo te gusta tu mejor amigo… lo que si es ser bastante gilipollas, pero tú me entiendes- Me dedicó nuevamente una sonrisa, mientrah yo ponía loh ojoh en blanco. –En serio, estoy contigo. Después de todo eres mi novio- No pude evitar sentir como mih mejillah se coloreaban levemente por el comentario de ehte gilipollah.
-Cállate macho- Dije entre dienteh, lanzándome sobre él para hacerle cohquillah y mordihquearle ese cuello delicioso que tanto me guhtaba.
____________________________________________________

Viajar se había vuelto una cohtumbre en nosotroh. Ehpecialmente viajar a Algarinejo… hace unah horah ehtábamoh en Madríh, recohtadoh, mirándonoh fijamente sin que noh importaba nada.
-Ehtoy acojonah- Admití, mirando por la ventana del tren que iba a toda prisa. La típica puehta en escena se hacía presente; el paso indeleble de la ciudáh a lo rural. Del cemento a lo verde… me guhtaba.
-¿No confías en tu padre?- Sentí como su mano se acercaba lentamente a la mía, posándose sobre ella. Sabía que era su forma de decirme “aquí ehtoy, en lo que necesiteh”.
-Realmente no. Nunca he sido lo suficientemente cercano a él como pa’ contarle algo de ehte nivel… no eh como mi madre- Hice un receso, suhpirando melancólicamente, mientrah perdía mi vihta en la inmensidáh del paisaje. –Ella nunca me ha juhgáoh, ni siquiera por ehto de Youtube que tanto le molehtó en su momento a mi padre. Ya sabeh… haz algo por tu vida, no seah un vago, ehtudia, trabaja. La mihma mierda de siempre- bajé la mirada, recordando cosah que realmente no venían al caso. Eran esah situacioneh que dejah en el fondo de tu mente porque sabeh que ahí eh donde deben ehtar; solo ahí.
-Oye… escúchame. Si llegase a salir mal, al menos estoy contigo. Podemos mandar todo a tomar por culo, irnos a vivir juntos a cualquier lado. Sabes que tengo pasta suficiente como para mantenernos… digo, si es que realmente las cosas salieran muy mal. Espero no tener que llegar al nivel de arrancar del país porque tu padre nos quiere muertos- Sabía que lo decía como una broma, pero a mí me parecía máh real de lo que él pudiese haber imagináoh. ¿Quizá la intuición me ehtaba diciendo que ehto no era una buena idea? Ehtaba acojonadísimo, sin tener puta idea porqué.
-Graciah… pero lo que menoh quiero eh ser una carga para ti, mucho menoh por mih mierdah personaleh- No me ehtaba guhtando el rumbo que llevaba ehto, pero había que hacerlo. Tenía que ser lo suficientemente valiente como pa’ sellar ehto que Rubiuh hizo hace ya mucho.
-Gilipollas, estas no son “tus mierdas”. Estamos juntos en esto, que no se te olvide. Si me subí en este tren de la nada, puedes tener claro que sería capaz de arrancar a cualquier lugar donde nadie ni nada nos pudiese molestar… la gente es muy envidiosa Mangel, y sé que tarde o temprano tendremos que huir, así que quizá no sea tan mala idea- Joer, se le ehtaba yendo la cabeza a Rubiuh con la tontería.
-Que no, coño. Que no arrancaremoh como ratah; tranquilo… solo déjame digerir tóh lo que ehtá pasando, pronto se me pasará y ya veráh que todo saldrá bien- ¿Se lo ehtaba diciendo a él, o me lo ehtaba diciendo a mí como una forma de tranquilizarme? No lo sabía, y no me importaba. Traté de cerrar el tema ahí, acercándome a Rubiuh pa’ besarle la mejilla, seguido de un “graciah”. No hablamoh máh del tema.

               El rehto de viaje fue pura tranquilidáh; siempre me quedaba dormíoh en ehtoh viajeh extensoh, y ehta no fue la excepción. Dehperté a causa de una voz lejana avisando que ehtábamoh llegando a dehtino, seguida de la mano de Rubiuh moviéndome de láoh a láoh pa’ que dehpertara de una véh.
-Joder tío, ¿Puedes dormir un poco más? Me di vuelta todas las canciones del móvil y tú seguías babeando anda a saber por quien- No entendí del todo lo que me dijo, solo moví la boca en señal de sequedad, poniendo una cara de pocos amigos.
-¿Llegamoh?- Pregunté, medio idiotizado.
-Si, así que anda preparándote- Joer que mala persona, cuando ya había orvidáoh a que coño íbamoh a mi pueblo.
               Noh levantamoh de nuehtroh asientoh, con un pequeño bolso en mano, mientrah caminábamoh como ganáoh por el pequeño pasillo en donde la gente inevitablemente se acumulaba para poder salir del tren. Fue pisar tierra cuando ya ehcuchaba a lo lejoh la voz de mi hermana, acercándose rápidamente para saludar ni máh ni menoh que a Rubiuh anteh que a mí.
-Joer que me quiereh hermana- refunfuñé, mientrah ella ya ehtaba abalanzáh como un mandril sobre Rubiuh; de seguro así son suh fans cuando lo ven por primera véh, un montó de monitoh saltando y tratando de encaramarse encima de ehte tonto. Láhtima que yo soy el único que verdaderamente se puéh subir arriba de él,
-A ti te veo siempre, a Rubiuh no. Hola- Se acercó a mí, dándome un dulce abrazo. Dehpuéh de tóh noh llevábamoh la hohtia, así que no había razón pa’ que no noh saludáramoh de esa forma.
-Ehtamoh afuera ehtacionáoh, vengan, el coche ehtá encendíoh- Dijo animosa, poniéndose al láoh de Rubiuh y siguiendo el paso hahta donde se encontraba mi madre.
-Hola máh, ¿dónde ehtá mi padre?- Pregunté de inmediato, un poco sorprendido por la ausencia de ehte.
-Trabajando hijo. Hay personas que tienen que trabajar en día de semana- Me sacó la lengua, haciendo notar su tono irónico.
-Joer, si eh que no soy un vago. Youtube si eh un trabajo- Ella solo rió, dirigiéndose a Rubiuh pa’ saludarlo con un caluroso abrazo.
-Deja de refunfuñar y súbete, les tengo almuerzo para que llenen sus barrigas, especialmente la tuya que, madre mía…- Vale ya, ¿hoy era el día de tocarme loh cojoneh? No era necesario ese comentario, con Rubiuh recordándome que ehtaba gordo tóh loh puñeteroh día me bahtaba.
-¿Cómo está?- Escuché a Rubiuh preguntar; él se había ido en la parte delantera, conversando con mi madre, mientrah yo le hacía caretoh a mi hermana.
-Estoy bien Rubén, ansiosa de que me cuenten todo de una vez. Sé que no vinieron solo por visitar- Hubo un silencio incómodo dentro del coche, y podía imaginar la cara de Rubiuh; coloráh como un tomate. – Disculpa si fui muy directa. Solo quiero que sepan que tienen mi apoyo. Son tan jóvenes, y el mundo está tan cambiado, la libertad de expresión y los sentimientos son muchísimo más valorados ahora que antes, así que tienen el mundo a sus pies- No sé como lo hacía, pero siempre tenía algo que decir, algo que calmaba el alma y lah ansiah de tóh lo que ehtaba pasando.
-¿De qué hablan?- Preguntó mi hermana, recordándonoh de su exihtencia. Ella también tenía derecho a saber, pero en otra circunhtancia y con otrah palabrah, aunque no dudaba que, de seguro, ella se lo tomaría mucho mejor que muchah personah mayoreh que conohco. De eso habla mi madre, de loh cambioh culturaleh que hemoh vivíoh, y como lah personah son máh aceptáh por lo que creen que eh correcto. Me parece increíble.

               En cuanto llegamoh a casa, mi madre dirigió a Rubiuh hahta el dormitorio que siempre solía usar él, mientrah yo subía mi bolso hahta mi habitación, acomodándolo de forma rápida. Dehpuéh de tóh no íbamoh por mucho tiempo, así que no era necesario llevar una maleta llena de mierdah que luego no usaría.
-Mangel, tu mamá nos llama. Dice que nos espera en la sala de estar- Vi la cabeza de Rubiuh asomarse por mi puerta, pa’ desaparecer de la mihma forma que había aparecíoh. Me ehtiré un poco, inhalando.
-Que sea lo que tenga que ser- Me dije, dándome ánimo… sabía lo que se venía, y no era fácil, pero había que hacerlo. Miré a mí alrededor, acercándome a la ventana para abrirla y dejar que se ventilara un poco la habitación; luego de eso salí, en dirección al comedor.
En cuanto llegué, noté que mi madre había puehto unah galletah de chocolate encima de la mesita de centro, mientrah hablaba con Rubiuh, el cual sostenía una taza con café lo máh probable.
-Hijo, tengo café y chocolate caliente. Tú elige- Me ofreció, dedicándome esa sonrisa maternal que siempre era bienvenida. Opté por el chocolate, máh que náh porque el de ella era maravilloso y hace mucho que no tomaba. -¿Cómo han estado? La verdad es que jamás esperé tener que lidiar con algo como esto, así que no sé cuales son los tecnisismos que se utilizan en estos casos… estoy confundida y necesito entender algunas cosas- Fue directo al grano. Estábamoh loh tréh sentáoh en loh sofáh que mih padreh habían compráoh cuando recién arrendaron la que era su actual casa. Muchoh añoh encima de ehtoh muebleh….
-¿Qué desea saber?- Que Rubiuh tuviese la iniciativa de decir la primera palabra me dejó perplejo. ¿Eh que acaso quería ser él quien diera la cara? No podía permitirlo… no de nuevo.
-Si esto es real. Es extraño y si, los apoyo, pero quiero tener claro que no están jugando con fuego, para luego arder y no saber como detener algo que iniciaron y que no tiene más que mentiras y dolor- La sinceridáh y seriedáh de mi madre me sorprendían cada vez máh. Era extraño verla en ehte plan, pero entendía suh motivoh… ella había tenido muchah experienciah con hombreh que le prometieron la luna y el sol, y todo quedó en cenizah que se fueron esparciendo con el tiempo.
-Yo amo a su hijo, no creo que necesite saber más al respecto- Mi corazón se detuvo por un inhtante; sentí cada extremidad entumida por una ola de corriente que comenzó en mi nuca y bajó por mi columna. –Es difícil de asimilar. Es difícil entender que, después de ser tanto tiempo amigos, estemos en este rollo de novios o como usted quiera decirlo pero… estoy enamorado, y voy en serio. Supongo que como madre eso es lo que le interesa y, al igual que la mía, quiere lo mejor para nosotros- Ehtaba apehtáoh de ehtar en silencio, pero me chocaba con la firmeza que loh doh ehtaban tomando ehta situación. Para mí ehto seguía siendo irreal, pero pa’ Rubiuh era tóh lo contrario; algo que ya ehtaba implantáoh en su cabeza y que era algo real; tangible… algo que ehtaba sucediendo en ehte momento.
-Eres un buen chaval Rubén… siempre me ha gustado tu forma de ver la vida, y sé que serás un buen complemento para mi hijo- Su sonrisa me rehpondió muchah preguntah… ehtaba máh relajáh.
-Máh… no sé como explicártelo, pero anteh de que yo mihmo lo entendiera, ya me guhtaba Rubiuh; eh algo difícil de entender al principio, y créeme que a mí también me cohtó mucho, pero el solo hecho de presenciar su felicidáh, a cohta de la mía, me hacía la persona máh afortunáh. Creo que ni él entiende lo que verdaderamente siento; no entiende lo mucho que lo quiero y si, ehtando frente a mí me cuehta mucho expresarlo, pero Rubiuh… ereh lo mejor que me ha pasáoh en la vida- Mierda… como fue que acabo de decir eso.
-Hola, he llegáoh. Mira, tenemoh visitah- La voz de mi padre retumbó en cada ehquina de la casa, dejándome helado de piéh a cabeza. Que me pasaba, porqué sentía tanto miedo… que era lo que tanto me aterraba que él se enterara. Habíamoh veníoh ahhta acá con un propósito, y eso haríamoh… o bueno, yo haría. Me levanté del sofá, acercándome a mi padre para darle un abrazo amihtoso, mientrah mi madre hacía lo mihmo y Rubiuh se levantaba en ehpera de poder saludarlo de la mihma forma. La conversación se había interrumpíoh, pero sabía que ehto no acabaría aquí. Faltaba mucho y la verdad no hallaba el momento en que todo ehto se acabara, para poder ehtar de nuevo acohtáoh al láoh de Rubiuh, olvidando el mundo que noh odiaba y noh amaba a veceh.

//// https://www.youtube.com/watch?v=qlKhWkKpMEU //// (Mountains – Message To Bears)

               Mi padre se fue a duchar, mientrah yo subía al segundo piso junto con Rubiuh y noh encerrábamoh en mi habitación. Ya eran eso de lah 7 de la tarde, así que lo máh probable era que la conversación se fuera a extender a la noche.
-¿Estás bien? Perdón si hablé de más- Ehtábamoh recohtáoh uno al lado del otro en mi cama, mirando hacia el techo. La puerta de mi habitación ehtaba con llave, por cualquier eventualidad
¿En serio me ehtáh pidiendo perdón? Joer Rubiuh, si eh que me pillahte dehpreveníoh. No sé de a donde sacah tanto valor- Le admití, poniéndome de láoh, ehperando que él hiciera lo mihmo, así noh podíamoh ver de frente. Y sí lo hizo.
-¿Sabes Mangel? Creo que lo que pasa en ti es que aún no quieres asumir que te gusta un hombre. No es que te esté reclamando por algo pero… tienes que sentirlo de aquí- Dijo, mientrah apuntaba a mi pecho. –Tienes que sentir de aquí lo que sientes, y sé que así es, pero no quieres dejar que se exprese; no quieres liberarte de todo lo que te ató en un principio, de los prejuicios; de los “no puede gustarme un hombre”. El presente es este, estamos juntos en esto, tú estás conmigo, yo estoy contigo. Jen está en el pasado, nuestros errores están en el pasado… no dejemos que nuestros sentimientos vivan con fantasmas de días anteriores. Vivamos el presente y amémonos en el presente… eso es lo que debes hacer Mangel, dejar de creer que esto es una fantasía, porque yo soy real. Mis manos son reales, mi cuerpo, mi alma, todo lo que soy es real y está a tu disposición- Su mano de dedoh largoh y delgáoh se posó en mi mejilla, acariciándola suavemente. –Si no quieres hacer esto, no lo hag…-
-Si quiero- Lo interrumpí. – Tieneh razón. He vivido todo ehte tiempo sintiendo que algún día te iráh; que te cansaráh o que me diráh “Mahe, todo lo que vivimoh fue una ehtupidéh, a mi me guthan lah chicah”.
-Y realmente me gustan- Agregó.
-Lo sé… y a mí, quizá sí, quizá no. ¿Importa realmente? A lo que voy eh que… he sentíoh miedo de no merecer todo lo bonito que me ha pasáoh. Dehde ese primer día, en el que salimoh de fiehta y una tía me saludó; tú interrumpihte diciendo que erah mi novio… dehde ese día todo ha cambiáoh; pensar que ehtabah con Jen, y que no era yo…-
-Cállate Mangel, ya no vale la pena. Ámame, fin del comunicado- Y así fue, se acercó a mí, posando suh labioh en loh míoh. Su boca rozó suavemente mih labioh, dejando pequeñoh y tiernoh besoh llenoh de mucha emoción.
-Si joer, te amo como no tieneh idea- Mi mano fue dirigida a su cadera, para luego aferrarlo en un abrazo apretado que nos fundió en solo una persona. –No me dejeh…- Rogué, sabiendo que si eso sucedía, yo no sería nada. Absolutamente nada. Rubiuh era todo lo que tenía en ehte minuto y, que leh den a todoh… ehto eh lo que quiero.

               Ehtuvimoh un buen rato abrazadoh, besándonoh, acariciándonoh… mirándonoh y diciéndonoh todoh solamente con lah pupilah, hahta que la voz de mi madre noh sacó de esa atmóhfera. Era hora de cenar.
-Estoy contigo Mangel- Me recordó una véh máh, no sin anteh darme un beso y levantarse de la cama.
-Graciah Rubiuh…- Inhalé, siguiendo a Rubiuh por detráh, mientrah saliámoh de la habitación en dirección al comedor. Mi madre ehtaba siriviendo loh platoh mientrah mi padre sacaba algunah cosah del frigorífico. De seguro la cerveza nocturna que le guhtaba tomar pa’ relajarse. Noh sentamoh en la mesa y ehperamoh a mi máh pa comenzar a comer.

               La cena fue bahtante amena. Mi hermana noh comenzó a contar una hihtoria sobre una amiga de ella que se había encontráoh un conejo al cual le sangraba su pata. Por algún motivo esa conversación noh mantuvo entreteníoh bahtante tiempo. Mi padre contó como le había ido en el trabajo y, luego de bahtante tiempo en la mesa, me levanté para ayudar a recoger loh platoh, mientrah Rubiuh conversaba con mi padre, el cual lo ehcuchaba atento.
-Buenah nocheh- Dijo mi hermana.
-Chao cielo, ya subo a darte tu beso de buenas noches- Dijo mi madre, mientrah seguía recogiendo loh platoh. -¿Le contarás a tu padre?- Me preguntó discreta. Ehtábamoh loh doh en la cocina, yo lavando y ella secando.
-Eso creo- Dije, un poco nervioso. Seguía sin entender esoh nervioh que me carcomína sin razón aparente. –Tranquilo hijo, tienes a una persona increíble a tu lado que no te abandonará pase lo que pase. Ten confianza en ti. Iré a ver a tu hermana- Me dijo, secándose lah manoh con el paño de cocina y retirándose del lugar. Miré loh platoh que quedaban sin lavar aún, rehpirando pesadamente, dejándome llevar por mih pensamientoh.
-Vamoh Mahe… eh tu momento- Me dije, siguiendo con mi labor doméhtica, terminando de lavar todo lo que quedaba sucio, para dirigirme al comedor donde ahora era mi padre quien hablaba con Rubiuh.
-Hola hijo, graciah por ayudar a tu mamá- Me agradeció, manteniendo una sonrisita ladeada.
-Papá, tengo que hablar contigo- Solo se necesitan 20 segundoh de valor… solo 20 segundoh pa’ decir y hacer todo lo que uno cree que eh imposible.
-Si claro, dime- Al parecer su atención ehtaba mucho máh puehta en mí de lo que ehtaba en un principio. Tragué saliva, sin saber como coño seguir. Le dediqué una mirada rápida a Rubiuh, el cual me observaba expectante, quizá ehperando a actuar si lah cosah no salían bien…
-La verdad eh que viajamoh hahta aquí por algo ehpecífico- Sentía como mi rehpiración se aceleraba poco a poco, mi corazón era palpable en mi garganta, en mih muñecah, incluso en mi frente. Ehtaba frenético.
-¿Ya?- Dijo, dehconcertado.
-Padre…- Solo 20 segundoh de valor. –Te quería contar que…- 20 segundoh, eso eh todo lo que necesito. –Rubiuh y yo…- solo 5 segundoh máh. – Somoh novioh… Ehtoy enamoráoh de Rubiuh papá.
______________________________________
Que taaaaaaaaaaal!!!!! he vuelto luego de un montón de tiempo (media novedad -___-) con un nuevo capítulo de Luchemos Por Esto yeeeeeeeeeeeeey!!!!!
OMG SE LO DIJO AHH AHHHHHHH QUE PASARÁAAAAA. “Maggie eres una mierda de persona por dejarlo justo ahí” ejhé ejhé es que se hizo largo el cap y JUSTO quedó en la mejor parte c: SE VIENE LA TENSIÓOOOOON!!!!
¿Cómo reaccionará el padre de Mangel? ¿Los aceptará o será un rechazo total? ¿Cómo afectará esto en la relación de Mangel y Rubius? Tooooodo esto y mucho más en los capítulos que siguen!!!!!
Y como siempre, darles mi infinito amor y gratitud por amar esto que ya empecé hace practicamente 3 años. Ha sido un camino lleno de hermosos regalos de parte de ustedes, de vivencias y cosas maravillosas que jamás creí que podrían suceder. Muchos ya no creen en el Rubelangel, pero la magia de escribir es que todo mundo puede ser verdadero en nuestras letras, así que no dejemos de soñar y al menos, mantengamos todo vivo en nuestros corazones ^^! 
Los amo un montón y gracias por esperar como siempre, nos leeremos muy prontito, Un besoteeeee!!!!

rubius mangel ruben miguelangelrogel Rubelangel elrubiusOMG mangelrogel RubenDoblas fanfic fic gay yaoi LPE Amor drama love

LUCHEMOS POR ESTO

Capítulo 110
Narrado por Rubius

-Joer uhtedeh dóh son el desahtre hecho persona- La boda de Francisco y Antonio había estado increíble y, pese a que nos ofrecieron quedarnos allá, Cheeto insistió en que nos devolviéramos. No tenía problema en manejar todo el camino de vuelta, aunque fuese tarde.
-No entiendo porqué nos devolvimos gilipollas- Pregunté, abriendo la puerta del departamento, mientras Mangel entraba haciendo escándalo y Cheeto estiraba las piernas.
-Porque tenían un montón de invitadoh y ehtaban complicáoh con la cantidáh de habitacioneh. ¿No te dihte cuenta como se miraron cuando contaron la cantidáh de personah que se quedarían?- Realmente no lo había notado. Cheeto había estado mucho más atento en ese sentido. Ya eran un poco más de las seis de la mañana, Mangel ya había botado un par de cosas en su torpeza y embriaguez.
-¿Quiereh que te lo deje?- Escuché como me preguntaba, mientras se revolvía el cabello, visiblemente agotado.
-¿Mangel? Si, no tengo problema. Bebió tanto que lo más probable que, aunque lo dejásemos en una bolsa de basura, dormiría bien- Ladeé la boca en una leve sonrisa a lo que él asintió.
-Bueno, yo me voy retirando porque me duelen loh pieh de una forma behtial. Quiero llegar a dormir a mi cama así que anteh de que me pregunteh si quiero dormir aquí y ehcucharloh follar. No, graciah igual por la invitación- Que cabrón. Negué con la cabeza, sin poder evitar una risita picarona salir de mis labios.
-Ándate ya joder, que me estoy poniendo cachondo y no controlaré mis impulsos- Lo molesté, acercándome a él, mientras paralelamente él me alejaba con sus brazos. Le di un pequeño abrazo, agradeciéndole de nuevo por traernos sanos y salvos a Madrid.
-Cuídense. Ehtamoh hablando. Cuida a mi amigo joputa- Me besó la mejilla, para luego chasquear los dedos y retirarse por donde mimos había entrado. Cheeto es de esos amigos excepcionales. Todavía me costaba trabajo entender como había logrado aceptar todo esto tan bien. Después de todo, conocer a tu amigo con novia y luego el gilipollas venga a enamorarse de su mejor amigo, no debe ser nada fácil.
-Mangel, ¿Dónde coño estás?- Vociferé, mirando a mi alrededor en busca del borracho de los cojones. Al entrar en la cocina, lo vi apoyado en una de las encimeras, con una taza de café en las manos. -¿Cómo te hiciste café si con suerte te mantienes en pie, cabrón?- Me sorprendí por lo sereno que se veía.
-¿Así que ehtáh cachondo y no sabeh como vah a comportarte?- Aquello me agarró por sorpresa. Tartamudeé de manera torpe, quedando con la boca semi abierta.
-Estaba bromeando- Fue lo primero que se me vino a la mente, mientras desviaba mi mirada de sus ojos, para reposarla en cualquier acción de Mangel, menos en sus ojos. Vi como dejaba de lado la taza que, no tenía nada. Que cabrón estuvo fingiendo todo el tiempo.
-¿Y puede no ser una broma?- Sentí un fuerte latido en mi pecho, sin saber que responder. Me mordí el labio inferior, sintiendo como la temperatura subía lentamente por todo mi cuerpo

///// https://www.youtube.com/watch?v=yGGFiYFV9_c Open – Rhye////

-Si eso es lo que quieres…- Susurré de forma ladina, acercándome lentamente a él, para acorralarlo contra la encimera que yacía tras su espalda. Acerqué mis labios hasta rozar los suyos, logrando sentir el olor a alcohol que llevaba encima. –Estás hediondo, joder- Bromeé, pasando mi lengua delicadamente por los labios contrarios. Sentí en el cuerpo de Mangel un pequeño saltito que me demostró que estaba bastante pendiente de lo que yo hacía con él.

-Hediondo pero hermoso- Eso ni siquiera rimaba.

-Ya cállate, coño- Mordí delicadamente su labio inferior, sonriendo bobamente, mientras posaba mis manos en su mandíbula delineada de manera exquisita. –Me gustas mucho- Admití, con un poco de pudor, sin dejar de morder esos labios carnosos que me llevaban a la gloria. Sentí sus manos rodear mi cintura, mientras me acercaba con fuerza a su cuerpo tibio por la excitación.

-Si supierah cuanto me guhtah tú a mí- Unió su boca con la mía, compenetrándonos en un beso apasionado y lleno de sentimientos. Su lengua recorría mi boca con una experiencia que había ganado de tantos besos que nos habíamos dado. Nuestras respiraciones, levemente descontroladas por el calor abrumador que nos consumía, se mezclaban entre el olor a alcohol, mi perfume, y la piel de Mangel. –Quiero hacerte el amor- Sus palabras, resonantes y vibrantes, calaron en mi corazón, haciéndolo latir con locura, expandiendo toda la sangre que tenía por mis venas.

-Vamos a mi habitación- Me alejé un segundo de él. Sus mejillas estaban coloradas, su boca entreabierta y su cabello levemente mojado por la transpiración que corría por su frente. No lo dudé, tomé su mano y salimos de la cocina, para dirigirnos a esa cama llena de secretos, buenos y malos recuerdos. Los últimos, que se esfumarían gracias a Mangel…

-Hueleh muy bien macho- Me susurró al oído, al mismo tiempo que desabotonaba y bajaba la cremallera de su pantalón formal. Tragué saliva, un poco turbado por la rapidez de sus acciones. Cerré los ojos un instante, dejándome llevar por aquel momento, ejecutando la misma acción que mi compañero. Mangel se sentó en la cama, ya en bóxer y con una erección notable, a lo que sonreí como un niño bobo, bajando mis pantalones de igual manera, para sentarme encima de él.

-Que estoy haciendo, joder- Lo abracé, escondiendo mi rostro en su hombro, avergonzado por tener mi entrepierna apoyada en… Mangel.

-Ehtamoh amándonoh- Su respuesta, muy apta para el momento, me hizo mirarlo fijamente a los ojos, para luego empujarlo lentamente hasta dejarlo recostado en la cama. Estar mirándolo desde arriba, con la camisa arrugada y unos simples bóxer, me volvieron loco de una forma indescriptible.

-Te sacaré eso- Él me miró, mientras comenzaba a abrir lentamente esa camisa que irrumpía en su pecho. Quería verlo por completo; quería sentir todo de él… todo de mi novio. Mis manos, mucho más seguras que la primera vez que toqué a Mangel, hicieron su trabajo correctamente. Abrí la camisa, apoyando mis manos en su piel, erizada por mi roce.

-Máh abajo…-Lo miré, mordiéndome el labio inferior. Tomé sus manos, que reposaban a los lados de su cuerpo, para apoyarlas en mi propia camisa.

-No te quedes atrás- Sonreí, moviendo levemente mis caderas sobre él. El roce de nuestros bóxer era delicioso. Podía sentir como lo deseaba más y más. Mi erección y la de él eran imposibles de ocultar, pero a estas alturas era lo que menos queríamos. Ocultar nuestras ganas de amarnos, y ese deseo insostenible por devorar al otro.

-J-joder…me preocupa saber donde aprendihte a moverte de esa forma- Que tonto macho… se preguntaba esas cosas sin sentido, cuando sabe perfectamente que mi experiencia para restregar pollas es nula. Iba a responderle, pero preferí no decir absolutamente nada. Mi camisa ya había sido desabotonada, y sus manos jugueteaban por todo el contorno de mis costillas poco visibles por la gordura de las hamburguesas. –Me gustas… en serio no sabes cuanto me gustas- Me gustaba repetírselo, más que nada porque me impresionaba lo mucho que me atraía su cuerpo. Todo de él era adictivo, como una droga muy fuerte que no te deja ir. Podía incluso admitir que su cuerpo era el más atractivo que el de todas las chicas con las que me acosté… asumo que es porque lo que siento por Mangel no lo he sentido nunca por nadie más.

-Quítate loh bóxer- Bajé mi cabeza para besarlo una vez más y levantarme de la cama. Acto seguido, bajé sus bóxer sin permiso ni avisos anteriores, para luego, sin dudarlo mucho, despojarme de la única prenda que quedaba encima de mí.

-Dicho y hecho, Mangel- Sonreí triunfante, ubicándome encima de él una vez más, bajando mis caderas hasta sentir su miembro abrazar al mío, congeniar, tocarse, conocerse una vez más. El solo sentirlo tan cerca, tan caliente, tan mío, era delirante. Una sensación realmente increíble.

Mis caderas comenzaron a moverse lentamente en un vaivén que cada vez se hizo más intenso. Rozar nuestros sexos se había vuelto algo irresistible. Veía a Mangel reprimir leves gemidos, lo que no me gustaba para nada.

-Si te callas, te mato. Quiero escucharte- Admití, con cierta vergüenza sobre mis hombros. Yo le pedía aquello pero para mí también era algo complejo soltarme y gemir su nombre una y otra vez. Estábamos mirándonos frente a frente, yo encima de él, mientras mis caderas y las de él no dejaban de moverse, como si se tratase de algo de vida o muerte.

-Dehde cuando agarrahte tanta confianza- Vi como una sonrisa ladeada se formaba en sus labios. Sus manos sujetaron mi cabeza a ambos lados, para acercarme y plantarme un beso delicioso, sabor a alcohol y a Mangel… sabor a Mangel…

-Desde que me di cuenta que me encanta verte con esa cara lasciva- Mordí una vez más su labio inferior, intensificando el movimiento de mis caderas.

-No quiero irme así- Dijo entrecortado, con la boca semi abierta y el pecho mojado de transpiración. –Date la vuelta- ¿Eh? ¿La vuelta? Lo miré, dubitativo. Creía entender que era lo que quería, pero… ¿estábamos seguros de ello?

-¿Quieres…?-

-69. Ahora- Abrí los ojos de par en par, sintiendo una corriente pasar a través de mi columna. No habíamos llegado a tanto… pero si no lo hacíamos ahora, lo haríamos después así que ¿qué coño importaba? Estaba cachondo a más no poder y quería tenerlo conmigo. Inhalé profundamente, poniéndome de pie en la cama. Me giré, y bajé mi pelvis hasta el rostro de Mangel, no sin cerrar los ojos con fuerza, muriendo lentamente por la vergüenza que me invadía de pies a cabeza.

-Quedahte perfecto- Que su voz saliera de mi culo me parecía realmente extraño, pero antes de seguir pensando gilipolleces, sentí como mi miembro se humedecía, para luego entrar a un ambiente cálido y realmente acogedor.

-M-Mangel…-No aguanté el gemir su nombre. Se sentía tan malditamente bien tenerlo allí abajo, jugueteando con mi miembro, pasando su lengua de arriba abajo, como si fuese experto en aquello. No quise quedarme atrás y, bajando mi rostro, introduje el miembro de Mangel, en mi boca. Pequeños espasmos venían a mí, más aún cuando sentía como Mangel lo metía más y más adentro de su boca.

-C-cabron…no…no tan rápido- Reclamé, sintiendo ganas de culminar en su boca, de una u otra forma pero terminar en su boca, ahora ya. Mantuve la calma, intentando bajar mi calentura, concentrándome en mi trabajo de darle placer a la parte baja de Mangel, así como él lo estaba haciendo conmigo.

-Se siente muy bien tío- Lo escuché murmurar desde mi parte baja, mientras seguía con su trabajo de lamer, de manera delicada a tiempos, y brusca en otros momentos. Que me dijera eso me animaba aún más a seguir y seguir. Inhalé, abriendo la boca para meter su miembro hasta lo que más pudiese antes de sufrir una arcada. Un gemido gutural salió de parte de Mangel… aquel sonido me hizo sentir unos leves espasmos de placer.

-Suenas muy bien, joder. Sigue…- Pedí a gritos, necesitaba escucharlo una y otra vez reclamar por más. Metí una vez más el sexo de Mangel en mi boca, hasta lo que más pude, esta vez si produciéndome una leve arcada que me hizo lagrimear.

-Joder Ru…Rubiuh… me quiero ir…- Aquello hizo que mordiera mi labio instintivamente, para luego dejar mi trabajo allí abajo, y levantarme de la cama, en busca del lubricante que guardaba en mi mesita de noche, y un condón.

-¿Rubiuh?- Preguntó, de seguro dubitativo por mi repentino movimiento de pararme de la cama.

-Quiero que lo hagas…pero con cuidado- No sé si me arrepentiría de esto, pero sentía que Mangel estaría más preparado que yo para dar por culo. Sabía que debía estar relajado, sabía como dolía y las consecuencias de que no funcionara. Yo lo había vivido y era por lo mismo que sabía como prevenir mucho de ello… quizá él también se preocupó de aprender un poco más como hacerlo y de que forma hacerlo. La próxima sería mi oportunidad.

-¿Ehtáh seguro?- ¡No deberías preguntar, coño!

-Si me preguntas de nuevo, te aseguro que no lo haré- Fui claro respecto de ello. No, no estaba para nada seguro, pero quería creer que era lo mejor. Vi a Mangel sentarse en mi cama, mientras yo me recostaba a su lado,  mirando su espalda erguida, pasando mis dedos por ella y remarcando todos los lunares que tenía. Me encantaban… tenía una verdadera afición por el cuerpo de Mangel. Por sus lunares y sus marcas…

-Ehtoy lihto- Inhalé, mirando como se posicionaba frente a mí, tomando mis piernas y separándolas levemente, sin levantarlas.

-¿Listo?- Lo miré, recordando nuestra primera vez; esa llena de emociones y desastres. Recuerdo el dolor de culo que me había quedado luego de ello… y esperaba de todo corazón no volver a sentir ese dolor.

-N-no quiero que te duela… y si te llega a doler, dime- Fue directo y claro. Tragué saliva, cerrando los ojos con fuerza, esperando el primer estoque y dolor en el vientre… o eso creí que sentiría. Uno de los dedos de Mangel, embetunado en lubricante, había entrado en mi cavidad casi de manera desapercibida. Bueno, no del todo. Era incómodo, más todavía por pensar que cosas salen del culo, pero quería creer que todo saldría perfecto y que no tendríamos ni una sorpresa o incoveniente al respecto. Su dedo comenzó a moverse en círculos, de manera lenta y repetitiva.

-No quiero ir directo a ello. Quiero prepárate… o al menoh eso decía la página que enseñaba ehtah cosah- Joder… se había preocupado de aprender al respecto. Otra vez me sorprendes, gilipollas.

-T-tu has lo que estimes conveniente… confío en ti- Exhalé, sintiendo pequeñas punzadas cuando Mangel movía un poco más fuerte aquel dedo intruso. Me sentía de a poco más relajado, mis músculos no estaban tan tensos como en un comienzo. Su dedo se movía veloz y constante y, sinceramente, el dolor había desaparecido casi por completo.

-¿Ehtáh lihto para el segundo?- ¿Qué? ¿Segundo? Joder, creí que con eso bastaba…

-Te dije que lo que estimes conveniente tío- No quería ser borde, pero me estaba poniendo de los nervios. Supe que se quedó mirándome un tiempo, lo sentí. Luego de unos segundos de silencio, Mangel prosiguió con lo que creía era lo mejor, introduciendo un segundo dedo, el que me hizo pegar un saltito de dolor.

-Joer por eso te pregunto macho. ¿Te duele mucho?- Sentí como, sus dedos salieron rápidamente de mí. Asentí con la cabeza, concentrado en no dejar que el dolor me nublara una vez más y evitara que disfrutara este momento con…mi novio.

Mangel estaba muy concentrado en lo suyo, preguntando de vez en cuando como me sentía y si me dolía. Agradecía lo atento que era, demostraba que estaba reamlente interesado en que los dos disfrutáramos de esto, más aún cuando yo era el que tenía que entregar el culo. –Un verdadero acto de amor- Pensé, cerrando los ojos con calma, esperando a que, los dedos de Mangel, ya no dolieran tanto como en un principio. Y pasó, dejaron de doler a los minutos…

-Mangel… hazlo. Estoy listo- ¿Lo estaba? Eso esperaba porque o sino me partiría en dos. Retiró sus dedos y, luego de escuchar un sonido metálico, levanté la vista para ver como Mangel se ponía el condón que le había pasado un tiempo atrás, para llenarlo del líquido frío y viscoso que era la creación divina para los dolores de culo. Una vez el condón estuvo bañado en lubricante, sentí sus manos aferrarse a mis gemelos, levantando mis piernas considerablemente, mientras se acercaba cada vez más a mí.

-Lo haré- Lo escuché titubeante…

-Oye, Mangel… tranquilo. No somos expertos tío así que relájate… hazlo, solo hazlo- Intenté que eso fuese suficiente para dejarlo con un poco más de confianza. Él me dedicó una mirada cómplice, para inhalar y exhalar con fuerza. Una de sus manos se dirigió hacia abajo, y supuse que estaba tomando su miembro para hacerlo entrar en mí. Y si, eso era lo que exactamente estaba haciendo. Sentí como entraba, lo más lento posible, con la delicadeza máxima que podía tener Mangel, y aún así dolía… aunque no tanto como la primera vez, ni por asomo.

-¿Ehtáh bien?- Preguntó, entre gemidos y pequeños espasmos que me herían levemente.

-S-si… vas por buen camino- Intenté hacer mi mejor sonrisa, para no ponerlo nervioso. Él, con una lentitud que agradecía, comenzó a penetrarme de tal forma que, luego de unos segundos, su miembro estaba completamente dentro de mí. Podía ver en su rostro la excitación máxima. Estaba vuelto loco, de seguro se sentía maravilloso… yo también quería sentirme así… quería sentir la gloria. El placer máximo.

-Me moveré lento, lo prometo- No respondí, solo asentí con la cabeza, para luego sentir dentro de mí como el miembro de Mangel se hacía una y otra vez presente, en movimientos constantes. Mis ojos se mantenían cerrados, concentrando todo mi ser en relajar mis músculos, relajar todo de mí… y funcionó. Luego de un tiempo el dolor había disminuido y, desde mis entrañas, las ganas de que Mangel lo hiciera fuerte y hasta el fondo, me consumieron.

-Hazlo fuerte coño- Dije, entre pequeños gemidos que, habían aparecido sin siquiera haberme dado cuenta. Después de todo si lo estaba disfrutando… me estaba gustando luego de haber logrado pasar el umbral del dolor.

-Ehtá muy apretáoh macho. S-se siente tan jodidamente bien…- Sus movimientos comenzaron a ser muchísimo más bruscos, su miembro comenzó a entrar y salir con más potencia hasta que, sin saber que fue lo que tocó dentro de mí, me hizo gritar de placer.

-¿R-Rubiuh?- Preguntó asustado, deteniéndose.

-Hazlo de nuevo…eso…hazlo coño ¡Hazlo!- Sus movimientos comenzaron nuevamente, tocando una y otra vez ese punto mágico dentro de mí que me hacía llegar a la locura. Se sentía espectacular… no podía creer lo bien que se sentía cuando tocaba con su miembro, mi interior.

-Me quiero ir- Admití, avergonzado, cachondo, muerto de placer. Quería correrme así que, con mis propias manos tomé mi miembro, comenzando a masturbarlo con furia. Ver a Mangel, excitado mirándome, me excitaba de igual forma.

-M-me voy Rubiuh… c-córrete tú también- Me pidió. El solo hecho que lo dijera, me hizo tocar el cielo, llevándome a la cúspide del placer.

-¡J-joder!- Un gemido gutural, aquel que vino de lo profundo de mis entrañas, avisó que había llegado al orgasmo. Mangel aceleró sus embestidas, gimiendo de la misma manera, pegando pequeños espasmos que acompañaban a los míos. Mierda… estaba reventado, había sido tan brutal aquel orgasmo que me había quitado la vida.

-Ehpérame que te traigo algo- Escuché a Mangel, jadeando de lo agotado que estaba. Sentí como salía lentamente de mi culo, cosa que se sintió bastante extraño.

-Tranquilo…- Dije, casi sin vida… estaba muerto, mi cuerpo no daba más. Sin duda el cansancio del matrimonio había afectado, pero esto… me había destruído de una forma increíble.

Mangel se levantó de la cama, con sus piernas tambaleantes, para recoger su propio bóxer del piso y pasármelo para que limpiara los restos de mi…bueno…eso.

-No me dan lah piernah pa’ ir al baño- Admitío, recostándose a mi lado, mientras se quitaba el condón ya usado, para amarrarlo y tirarlo a un costado de la cama. Paralelamente me sequé con el bóxer de Mangel, limpiando todo lo que quedase, para tirarlo a tomar por culo. El ambiente estaba muy tibio a causa del calor que irradiaron nuestros cuerpos en ese encuentro tan íntimo.

-Joder…- No pude evitar reír, mientras me acomodaba con cuidado, de costado, para mirar a Mnagel. Vi como él imitó mi acción, poniéndose de lado para quedar frente a frente.

-Te amo mucho- Dijo sin más, robándome una gran bocanada de oxígeno. Joder…

-Y yo Mangel… te amo mucho- Que más da… estoy perdidamente enamorado de este tío. No sé como, no sé cuando, pero estoy enamorado de una forma que jamás había sentido. Me acerqué un poco más a él, haciendo el amago de posar mi mano en su rostro, hasta que recordé donde había estado con anterioridad. Solo me limité a acercar mis labios hasta los de él, dedicándole un beso delicado, tranquilo, con una respiración agradable…

-En serio te amo mucho. Graciah por aparecer en mi vida- Apoyé mi frente en la de él, pasando mis manos por todo el contorno de su cuerpo desnudo. No era un cuerpo delicado y sutil, pero era de él, y me encantaba de una manera que no podía explicar.

-Gracias a ti, por abrirme los ojos… y el culo- No pude evitarlo…

-Que tonto ereh cabrón. Y yo intentando ser romántico. Vete a tomar por culo- Sentí una palmadita en mi culo. No sabía cuando había llegado su mano allí, pero había llegado. Me reí, besando su mejilla de manera fugaz.

-Gracias Mangel… gracias a ti soy una mejor persona- Amo mucho a este chico… amo muchísimo a Mangel. Amo muchísimo a mi novio y no puedo estar más orgulloso de que él esté solo para mí… quizá nunca te lo diga de esta forma Mangel, pero quiero que seas mi compañero de vida, porque desde que estás a mi lado, absolutamente todo, tiene más sentido y razones por las cuales seguir adelante. Joder Mangel… me tienes vuelto loco.
____________________________________________
Que taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal!!!! Aparezco de nuevo, con un nuevo capítulo de Luchemos Por Esto!!!! Yeeeeyyyyy
YO SÉ QUE LO DESEABAN, LO SÉ!!!!!! ASÍ QUE NO VENGAN A DECIRME QUE NO LOS ADORO *inserte yaranaika*
Literalmente un capítulo entero de puro amor… delizioso amor e___e
¿Qué sucederá de aquí en adelante? quien sabeeeee (bueno, yo :v) ¿Cuál es la desgracia que ocurrirá en LPE? D:? ¿Qué pasó con Jen? ¿Y el padre de Mangel? Tooooodo esto y mucho más en los capítulos que siguen!!!!
Como siempre darles las gracias por leerme, por quererme, esperarme y amar este relato tanto como yo! Es un agrado escribir para ustedes, cuando sé que aman esto que hago. En serio los quiero mucho chiquilines, nunca cambien! Gracias nuevamente por leer y nos vemos muy prontito!!!!!
Kisses!!! <3

elrubiusOMG mangelrogel Rubelangel Rubius Mangel Rubén Doblas Miguel Ángel Rogel Youtubers Fanfic Fic Love Yaoi Gay Drama

LUCHEMOS POR ESTO

Capítulo 109
Narrado por Mangel

-Rubiuh, coño, que te apureh. ¡Cheeto!- Me ehtaba agarrando un ataque con ehte par. Había llegáoh er día del matrimonio de Francihco y Antonio y no podía permitirme llegar tarde a ehto. Podía llegar tarde a tóh pero no me perdonaría llegar dehpuéh de que haya pasáoh tóh lo bonito y cursi.
-Ya joder, cálmate. Maldita corbata hija de puta- Veía a Rubiuh pelear con su corbata; Se veía tan atractivo, joder. Íbamoh bahtante cliché, pero bahtante eleganteh. Rubiuh con una corbata de un azul eléctrico que intensificaba el color de su piel. Cheeto ni puta idea de como iba, Rubiuh me tenía tan embobáoh mirándolo que no había nada máh en mi cabeza que su ehbelta figura demohtrada en ese traje que le quedaba ceñido de una forma ehpectacular.
-Oye, deja de violar a Rubiuh con la mirada- Cheeto me sacó de mi letardo, haciéndome sonrojar levemente porque Rubiuh ehtaba al láoh nuehtro.
-Deja que me mire, hace subir mi ego- Bromeó, acercándose a mí para plantarme un beso así de la nada. Me quedé de piedra, con el corazón en la mano. Ehcuché la risa de Cheeto, a la véh que decía algo burlándose de la situación, en cambio yo, seguía pensando en ese pequeño gehto que había hecho aflorar de mi ehtómago mileh de maripositah homosexualeh.
-Que tonto ereh, joder. Terminen de arreglarse y vámonoh de una puta veh- Teníamoh un largo viaje por delante. La invitación, que anteh había síoh solo para Rubiuh y para mi, se había extendido hahta Cheeto, dehpuéh de tóh loh chicoh lo conocían y lo ehtimaban mucho, como un amigo máh.
-¿Por qué decidieron hacer el matrimonio en Barcelona?- Ehcuché como Cheeto me preguntaba, mientrah se amarraba loh cordoneh de loh zapatoh ya brillanteh de tanto ser luhtraoh.
-Los padres de Francisco deseaban que fuese una ceremonia espectacular- Se adelantó Rubiuh, rehpondiendo a su pregunta. –La madre de Francisco tiene bastante dinero, más que nada por su trabajo, así que les ofreció una boda en la playa. Además es un punto céntrico entre donde viven las familias de Francisco y Antonio. Nunca he ido a una boda en la playa, así que no sé si habrán protocolos distintos o que se yo. La cosa es que tendrás que conducir lo que no has conducido en mucho- Dijo lo último con un tono de burla. Era verdáh. Cheeto era el único que tenía el carné de conducir, así que no había mucho en lo pudiésemoh ayudarle en el viaje, salvo hacerle compañía y cantarle una que otra canción desafináh.
-Ehtoh chicoh van por tóh ¿eh? Pensar que ya ha pasáoh tanto tiempo dehde que loh conocimoh. Y que elloh te ayudaron un montón a darte cuenta de que lo que sentíah no era algo de otro planeta. Rubiuh ereh un gilipollah con suerte, ya me guhtaría que alguien se ehmerara tanto en quererme así- Me sorprendí por lah palabrah de Cheeto, y a la véh me dieron un poco de vergüenza, máh que náh porque el tema lo ehtábamoh tocando tan a la ligera.
-Cheeto, si quieres amor, te presto a Mangel. Sabe hacer unas cosas muy bien, quedarás sorprendido- Se dehcojonó el hijoputa, y ya no me hizo tanta gracia. Puse loh ojoh en blanco, suhpirando un poco resignáoh por el retraso de mi amigo, digo, de mi novio. Que bonito sonaba, joder.

               Noh subimoh al coche, yo adelante junto a Cheeto, y Rubiuh atráh como el niñato que éh. Loh mayoreh debemoh ehtar adelante… bueno, que él eh mayor que yo, coño.
-¿Cuántas horas son hasta Barcelona?- Ya lo imaginaba en mi mente quejándose todo el puto camino. Me cago en la puta debería haber traído el cloroformo pa’ dejarlo durmiendo todo el camino.
-No tengo idea Rubiuh, depende del tráfico y un sinfín de factoreh así que te quedah tranquilo y dejah de tocar loh cojoneh o te tiro del puto coche- Cheeto levantó lah cejah y se rahcó la barba, riéndose. Rubiuh se cruzó de brazoh, mirando por la ventana trasera, refunfuñando. No le guhtaban loh viajeh largoh, y yo lo sabía.
-Joder ya, te acompañaré- Me saqué el cinturón y me bajé del coche anteh de que Cheeto partiera, sentándome en la parte trasera, mientrah le dedicaba una sonrisa culposa a Rubiuh.
-Joer, y ahora soy chofer. Me cago’n tóh macho- Noh miró por el retrovisor, para luego centrar la vihta en el camino, para emprender ruta a Barcelona.
-No era necesario, Mangel, estaba de coña- Me dijo con una voz conciliadora. No pude evitar besar suh labioh, devolviéndole aquel beso que me había robáoh cuando noh arreglábamoh.
-Cállate ya, coño. Que ereh mi novio y quiero ehtar contigo- No podía dejar de repetirlo; eh como recordarte una y otra véh que aquello que tanto deseabah, se ehtá haciendo realidáh o mejor aún, que lo tieneh ahí mihmo, que ya no eh una simple anhelación.
-Oye, uhtedeh doh. Si van a ponerse a follar en mi coche, mínimo que dehpuéh dejen tóh limpio- El comentario ácido de Cheeto noh hizo mirarnoh a Rubiuh y a mí, acto seguido, el hijoputa puso ese CD que ya ehtá máh que rayaoh.
-Igual no sería mala idea- Rubiuh me susrró al oído, logrando sacarme una sonrisa boba.
_______________________________________________________
-Me duelen loh pieh y el culo macho- Cheeto se bajó del automóvil, ehtirando todo su cuerpo, al igual que nosotroh. Había síoh un viaje agotador, pero al fin ehtábamoh en Barcelona. Se podía rehpirar ese aire cohtero que Madrid no tiene, por ser una ciudáh céntrica que no tiene ni oxígeno.
-¿Estamos en la dirección correcta?- Ehtábamoh donde se suponía que debíamoh ehtar, y eso ehperaba, porque ya me ehtaba dando un poco de vergüenza ehtar paráoh en mitad de la nada con traje formal.
-Ehtá claro, dejemoh aparcáoh aquí y vayamoh caminando hacia el borde cohtero. Si eh en la playa, tendremoh que bajar hahta allá- Era un lugar apartáoh, no la playa pública a donde todoh van, sino máh bien algo que parecía realmente priváoh. Quizá habían arrendáoh o no sé qué, pero anteh de llegar a la playa vimoh como todo ehtaba decorado de una forma ehpectacular. Unah rejitah de madera dividían lo que sería el pavimento de la playa, y en ella había un tipo, igualmente arregláoh para la ocasión, que noh ehtaba pidiendo loh parteh matrimonialeh, o diciéndolo vulgarmente, lah entradah. Le mohtramoh lah nuehtrah y Cheeto la suya, dejándonoh entrar. Había un lienzo ehtirado a lo largo de toda la arena, llegando casi hahta el agua que hacía de camino. Muchah sillah dihpuehtah de manera ordenada, unoh mesoneh con manteleh blancoh y unah floreh sujetah a cada rehpaldo de lah sillah que allí se encontraban. No ehtaban ni Francihco ni Antonio como era de ehperarse, pero si había bahtante gente, de todah la edadeh.
-¿Conocen a alguien aunque sea?- Noh preguntó Cheeto, mientrah movía lah manoh sin saber que coño hacer.
-No, pero somos invitados así que pasemos y ya- Rubiuh se encogió de hombroh, mirando a su alrededor. Pude notarlo sorprendido; y quien no lo ehtaría con algo tan bien hecho. Se veía todo reluciente, brillante y, con el sonido de lah olah, se veía aún máh ehpectacular. Habían teníoh suerte. Dehpuéh de díah tan fríoh, había tocáoh uno con un sol ehpléndido. Vuelvo a recordar eso de que, a la gente buena, le pasan cosah buenah.
-¡Chicos!- Pegué el salto de mi vida, volteándome y dándome cuenta que era ni máh ni menoh que Francihco.
-¡Fran!- Dije con una sonrisa amplia, ehtrechando su mano para tranhformar aquello en un abrazo. –Macho te felicito, se ve maravilloso todo. Se han ehmeráoh un montón- No pude evitar comentárselo; realmente se veía increíble, casi como un sueño.
-Gracias Mangel. ¡Hola Rubius! Tanto tiempo, bueno… hablamos hace como dos días por el móvil pero no nos veíamos hace mucho- Si, aunque pareciera raro, hace unoh díah habíamoh habláoh con Fran y Antonio rehpecto del matrimonio, eh por ehto que Rubiuh conocía la razón del matrimonio en la playa y esah cosah.

               El saludo de Francihco fue breve. Luego de darle un fuerte abrazo a Cheeto, noh invitó a que tomáramoh asiento porque la ceremonia ehtaba próxima. Luego de eso se dirigió a saludar al rehto de invitadoh, con esa sonrisa que tanto lo caracterizaba. Nosotroh le hicimoh caso y eso hicimoh, noh fuimoh a sentar, no de loh primeroh claramente, pero si en un lugar donde pudiésemoh observar y oir todo sin problema.
-Se ve muy feliz- Comentó Rubiuh, al mihmo tiempo que tomaba mi mano. Le dediqué una mirada cómplice, regalándole un beso delicado y fugaz. Cheeto, que ehtaba a nuehtro láoh, ni se inmutó, y lo agradecía.

Todoh, poco a poco se fueron sentando, y como Fran lo había adelantado, la ceremonia continuó. No sabía muy bien como funcionaba la cosa en ehte caso. Si no hay chica… y ella eh la que llega tarde siempre ¿Quién coño llega tarde? ¿El que muerde la almohada? Tuve que preguntarle sobre mi inquietud a Rubiuh, pero solo recibí un codazo en lah cohtilla, al mihmo tiempo que se dehcojonaba e intentaba disimularlo. Le tomé la mano, mientrah ehperábamoh que llegara Antonio, que era el que faltaba.
-¿Te imaginas se arrepiente? O alguien llega y grita ¡me opongo! Joder sería la mejor historia jamás contada- Si eh que era tonto, y sería jocoso, pero ehperaba que no sucediese, al contrario, que todo saliera perfecto de aquí en adelante y la vida leh entregara solo felicidáh. Se lo merecen.
-Ahí viene- Ehcuché a Cheeto, que miraba conhtantemente para atráh en buhca de Antonio, y claro que venía ahí. No con un vehtido, obviamente, sino con un traje que le quedaba hecho a la medida. Era de un plateado muy delicado, que lo hacía ver máh maduro que lo que su cara expresaba.
               Antonio llegó hahta donde se encontraba Francihco. Se tomaron de la mano y, con el cura en frente, comenzaron la ceremonia. Todo tranhcurrió como debía ser. Se dijeron loh votoh y sellaron todo con un beso, cosa que, admito, me emocionó, pero solo un poco. Un poco, lo juro. La gente se levantó, y nosotroh seguimoh suh pasoh, aplaudiendo con felicidáh por loh recién casáoh. Ya no eran solo una pareja… eran ehposoh. Habían selláoh su amor de una nueva forma, con un nuevo significáoh, y no podía ehtar máh felíh por elloh. Porque sabía que se amaban, y que nada se podría interponer en lo que sentían el uno por el otro. Se tomaron de la mano y comenzaron a caminar por el lienzo que había ehtado dihpuehto dehde un comienzo para cumplir esa función. No sin anteh ehcuchar a alguien que vociferaba que no se retiraran, que la fiehta se haría en ese mihmo lugar, que pasáramoh a lah mesah que ehtaban preparadah dehde hace ya mucho tiempo un poco máh alejadah de donde ehtábamoh. Y así lo hicimoh, nih dirigimoh hahta aquel lugar.

               Al llegar, leímoh una pequeña carta que contenía loh nombreh de loh asihtenteh a la boda y de suh rehpectivah mesah. Obviamente Rubiuh Cheeto y yo ehtábamoh en la mihma mesa, junto con otrah cuatro personah máh que no conociámoh. Sin duda eha debe ser una de lah parteh máh complejah de roganizar en una boda. Porque si sientah a unoh con otroh, y no se llevan bien, será incómodo así que tieneh que sentarloh con otrah persona y así. Joer que pienso en ello y no me dan ganah de casarme nunca… aunque luego miro a Rubiuh, y esa idea vuelve a invadir mi cabeza. Noh dirigimoh a nuehtra rehpectiva mesa, sentándonoh en ehpera de rehto de personah. Resultaron ser unah parejah muy majah. Una de ellah ehtaba compuehta por una pintora y un tío que era médico cirujano. La otra era una tía muy alegre que se reía por todo, ehtudiante de ingeniería, y su ehposo, visiblemente mayor que él, abogado y juez de su ciudad natal. Ehtuvimoh conversando largo rato con elloh, conociéndonoh un poco y compartiendo anécdotah, máh que náh para que no se volviera denso y tedioso el ambiente. Para nuehtra suerte no fue así, ya que eran personah sumamente relajadah y habladorah.
-¿Y ustedes? ¿Cómo conocieron a los recién casados?- Preguntó la estudiante de ingeniería.
-Eh una larga hihtoria. Fue en circunhtanciah muy rarah pero lo importante eh ehto eh que noh hicimoh muy buenoh amigoh por compartir un poco nuehtrah vivenciah- Comenté, un poco turbado por ehtar hablando de mi vida privada con personah completamente dehconocidah.
-Estoy segura de haberte visto en algún lugar. Eres un chaval famoso- Dijo la pintora, mirando a Rubiuh detenidamente. Ehte, visiblemente nervioso, se puso a reír, bajándole la importancia al tema, pero ya no había ehcaaptoria, con el comentario de la chica, el rehto cayó en la cuenta de que él era ni máh ni menoh que elrubiuhOMG.
-Tú eres el de youtube- Comentó la estudiante, con una amplia sonrisa. Loh otroh asintieron con la cabeza, comenzando a interrogarlo un montón sobre como era el trabajo, si era agotador, si le guhtaba, y otrah tantah cosah que lo tenían un poco agobiado.
-Ya niña, deja en paz al chaval, que de seguro no quiere hablar de trabajo, como todos nosotros- Dijo el abogado, acariciándole la mejilla a su pareja. Me pareció un gehto bahtante cariñoso.
-No te preocupes, está bien en serio. Es normal que la gente pregunte- Rubiuh siempre había síoh así, tranquilo para suh temah y paciente con la gente, youtube lo había formado así, para aguantar lah cosah malah, y tener la paciencia suficiente para rehponder una y otra veh lah mihmah preguntah.
-Es increíble lo que puede llegar a hacer el internet. Es una herramienta magnífica- Comentó el abogado, con un aire maduro y bahtante rehpetable. Era fácil notar que el tío sabía de la vida, pese a no ser tan mayor, pero si bahtante máh que su pareja.
-¿Ustedes vienen juntos…?- Preguntó nuevamente la pintora, ladeando la cabeza levemente, con una sonrisa dibujada en el rohtro.
-Si. Mangel es mi novio- Ehcuchar aquello hizo que mi corazón se paralizase en cuehtión de segundoh… ehtábamoh hablando de aquello luego de ocultarlo tanto tiempo. Miré a Cheeto un segundo y, al parecer, él también lo ehtaba fliplando. ¿Acaso le habíamoh contáoh que éramoh novio? Supongo que se me había ido por completo en la conmoción de habernoh tomáoh de la mano en pleno parque sin que noh importaran lah miradah del rehto.
-¿En serio? Que dulces, espero que les vaya muy bien entonces. Y que te vaya muy bien en youtube- Su comentario fue un alivio, porque sabíamoh como alguien dehconocido había reaccionado a la idea. Quizá nosotroh noh ehtábamoh rallando demasiáoh la cabeza con el tema, y realmente ni siquiera era un tema como tal… quizá no era nada importante para el rehto. Sentí como suh dedoh rozaron mi mano, tranhformando aquello en un agarre que se mantuvo oculto debajo de la mesa.
_________________________
////  https://www.youtube.com/watch?v=s-5nKwjQMvA //// (Somewhere Over The Rainbow)

-Hola a todos- Se sintió una voz conocida hablar, a la veh que el sonido de una copa inundaba todo el lugar, pese al sonido de lah olah. –Quiero darle las gracias a cada uno de los que ha venido a este día tan especial para nosotros- Francihco se había levantado de su asiento, mientrah seguía hablando. –Si están hoy es porque son parte importante de nuestras vidas. Ya sea familiares, amigos ustedes han construido lo que es, hasta hoy, nuestras vidas. Gracias a los que vienen de muy lejos para darse el tiempo de venir a compartir con nosotros este día que es uno de los más importantes en mi vida… nuestras vidas- Fran tomó de la mano a Antonio, haciendo que se parase de igual forma que él. En ese momento ya todoh ehtaban en silencio, observando a la pareja que se encontraba, junto a suh padreh, supongo, sentadoh en una mesa central.
-Hoy, he tenido la suerte, aquella que no todos tienen, de unir mi vida con la persona que más amo. Hoy no puedo estar más feliz, porque todos los obstáculos ya se han vencido, porque no queda nada que pueda entorpecer nuestro amor, salvo nosotros mismos, claro- Hubo unah leveh risitah que cesaron rápidamente. –Antonio, eres lo que jamás pensé que tendría. Eres las estrellas en mi cielo, la alegría de mi vida, la luz de mi oscuridad. Desde aquel día en que te vi, tan niño, tan tú, no pude quitarte los ojos de encima y agradezco haber sido un tonto desesperado y acosador, porque si no hubiese sido así, jamás habría tenido oportunidad contigo- una sonrisita boba se formó en su rohtro, y prosiguió. -¿Recuerdas cuanto sufrimos, lloramos y la pasamos mal por creer que la vida nos traería solo prejuicios y odio? Y aquí estamos, más felices que nunca, cumpliendo cada uno de los sueños que nos hemos propuesto- Solo prejuicios y odio…
-La vida nos ha enseñado, de forma amable y desagradable, que da igual cuan heridos nos sintamos, mientras estemos juntos, toda herida sanará, y toda lágrima secará. Y es por eso que te amo de una manera que jamás podrás entender, pese a que te lo diga todos los días de mi vida. Te amo por ser quien eres, por amarme cuando he estado en mis mejores y peores momentos. Por decirme que no me rinda, ofrecerme tu hombro y darme tu amor incondicional, que no respeta ni días, ni horarios. Eres mi vida, mi otra mitad, mi cable a tierra, aquel que me recuerda que se puede vivir en las nubes, pero que la tierra es igualmente hermosa, si la compartes con quien realmente amas. Y ese eres tú… uno nunca cree que la vida te dará un regalo tan pero tan grande que no sabrás como pagárselo. Pero yo sé como pagarle al destino tu presencia; amándote y cuidándote por el resto de nuestros días; incluso si mañana ya no tengo fuerza suficiente para sostenerte, sé que haré lo imposible por cuidar de ti, por amarte como el primer día y por abrazarte y besarte como hace ya varios años. Solo quiero que entiendas que, mi vida estuvo completa, en cuanto aceptaste ser parte de ella y, acompañarme en este recorrido que no sé como terminará, pero si sé que será increíble si te tengo a mi lado. Así que quiero hacer un brindis, por el amor, por la vida, y por nosotros- Todoh elevaron suh copah, incluyéndonoh, vociferando nuehtroh mejoreh deseoh para loh recién casadoh.  

               Lah palabrah de Francihco llegaron a una parte muy profunda de mí. Luego de su dihcurso, donde dejaba ver todo lo que sentía por su marido, sirivieron la comida y luego el pohtre, para proseguir con el vals de loh novioh y música para que la gente bailara y dihfrutara. Cheeto se había perdido de nuehtra vihta, y aún así no me importó. Con Rubiuh noh habíamoh quedado en silencio todo ese tiempo, solo mirándonoh y riéndonoh sin sentido. ¿Qué coño noh pasaba? Su mano ehtaba fuertemente aferrada a la mía, y así ehtuvo durante muchísimo tiempo. Incluso comiendo, hablando o simplemente mirándonoh, nuehtrah manoh jamáh se separaron.

-¿Crees que logremos llegar a esto algún día?- Me preguntó. Ehtábamoh soloh en la mesa, todoh se habían levantáoh a bailar y, pese a la incihtenciah de nuehtroh compañeroh de mesa para que bailáramoh, noh negamoh.

-¿A casarnoh?- Pregunté, aún mirándolo fijamente. Suh ojoh me trahportaban a otro lugar, muy lejoh de la realidad, donde lah cosah brillaban máh y eran mucho máh bellah. -¿Necesitah todo ehto para ser felih? Porque sinceramente… todo lo que dijo Francihco, yo ya lo siento solo con tomar tu mano- Admití, apretándola un poquito máh.

-No me refiero a eso… sino a si llegaremos a tener la confianza que ellos dos tienen. Sigo sintiendo miedo del qué dirán, aunque yo no quiera admitirlo- Lo sabía… y lo entendía. Ehtamoh dando grandeh pasoh rehpecto de nuehtra relación y lo que sentimoh, pero lo importante eh que tengamoh claroh que esoh miedoh pueden desaparecer con el tiempo.

-Yo también siento miedo, y no tanto por mí, sino por tu carrera en youtube, porque ehto dehtruya todo lo que hah conhtruído. Aún así ¿Sabes? Si ehtamoh juntoh, sé que nada ni nadie noh pasará por encima y no hará caer. La cantidáh de cosah que noh han pasáoh no son ni casualidad ni obra de la suerte, sino graciah a nosotroh, a que hemoh lucháoh conhtantemente por mantener ehto, y obtener máh- No quería seguir hablando de miedoh y gilipolleceh como esah. Le besé la frente, dirigiendo mi mirada hacia Fran y Tono, que ehtaban deambulando por todo el lugar, conversando con suh invitadoh.

-Están muy felices…- Lo ehcuché comentar y no pude evitar sonreír.

-Claro que lo ehtán. Se tienen el uno al otro. Como yo te tengo a ti- Pude ver como ocultaba levemente su rohtro, mirando hacia el piso.

-Joder Mangel, no me da vergüenza ni una jodida cosa, pero hablas y macho, déjame respirar coño- No pude evitar reír por aquello. Era verdáh eso de que poco y nada le daba vergüenza lo que fuese que tuviera que hacer… me sentía orgulloso al ver que si moría de vergüenza con alguna cosa que le dijese.

-¿Por qué no están bailando?- Ehcuchamoh la voz de Antonio recriminar nuehtra ausencia en la fiehta, máh que náh porque nosotroh habíamoh ehtáoh inmersoh única y exclusivamente en nuehtro pequeño mundo donde solo cabían doh personah.

-¿Quieres bailar, Mangel Rogel?- Vi como se levantaba, dihpuehto a tóh, mientrah me ofrecía una mano.

-Vaya, parece que las cosas han cambiado un poco- Opinó Antonio, dándole unah palmatidah en la ehpalda a Rubiuh, mientrah se retiraba, de seguro a hablar con otroh invitáoh. Solo miré a Rubiuh, aceptando su invitación mientrah me paraba de mi asiento.

-Mangel, realmente no me interesa si nos casamos, si hacemos familia, vivimos juntos, salimos de viaje. Me interesa que estés conmigo, y si me prometes que de aquí hasta que nos quede vida, serás el único y yo seré el único para ti, el resto no me interesa, porque solo con tenerte, seré feliz el resto de mi vida- Una corriente subió por toda mi columna, dejando mi corazón con falta de oxígeno. Que hijoputa, quería hacerme lo mihmo, quería hacerme sonrojar y volverme loco como me encantaba que a él le sucediera. Vale, Rubiuh, tieneh razón…

-Ehtoy loco por ti, macho. En serio lo ehtoy- Le susurré, sellando mih declaracioneh con un beso… esoh besoh que sabían a miel, a amor y a él, a Rubiuh.  
______________________________________
QUE TAAAAAAAL!!!!!! Hola personitas de mi corazón!!!! Espero que les guste el capítulo tanto como a mí *-* Luego de mucho tiempo aparecieron Fran y Antonio (quienes no los recuerdan chancletazo en la cabeza :v) Son tan cursis y hermosos madre mía!!!!!!!
¿Qué sucederá en el sgte capítulo? ¿Por qué todo va tan bien D:? ¿se vendrá una tragedia proximamente? Toooodo esto y mucho más en los capítulos que siguen!!!! Que son menos de 10 :c porque LPE se acerca a su fin!!!!!! DDDD:
Nunca sé como darles las gracias por todo el apoyo que me entregan día a día leyendo mi relatito, ya sea en Wattpad en Tumblr o donde sea que lo leen (que no debería ser otro lugar porque solo lo subo en esas dos plataformas :v) Los quiero con todito mi corazón, gracias a ustedes esto continúa y de la misma forma tendrá un final hermoso, gracias a ustedes. Espero que disfruten mucho leyendo y nos vemos muy pronto!!!!!!

elrubiusOMG mangelrogel Rubelangel Rubius Mangel Ruben Ruben Doblas Miguel Angel Rogel Fanfic Fic Youtubers Amor Gay